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A veces no mostramos nuestros sentimientos por miedo al qué dirán y eso nos trae consecuencias

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A veces no mostramos nuestros sentimientos por miedo al qué dirán y eso nos trae consecuencias...

Me encuentro frente al ordenador, sin hacer nada útil, pasando canciones con la esperanza de  que alguna, no me recuerde a aquellos buenos momentos, y a lo imbécil que puedo llegar a ser a veces.... 

Podría escribirle por duodécima vez, una explicación, o una mísera carita de arrepentimiento. Si no fuera porque me bloqueó minutos después de lo ocurrido.

Mi paciencia se agota, la verdad es que no se me ocurre otra cosa más que mirar las fotos del viaje que lo cambió todo, o releer las conversaciones más intensas que algunas películas románticas que veíamos juntos. Todo me recuerda a ella. Nunca olvidaré cómo empezó todo...

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Otro día más.  Soy Nick, podría ser Fotógrafo, camarero, o incluso banquero. Pero no. Soy animador, como suena, mi única tarea es que la gente no deje de pasárselo bien.

Ese día me desperté temprano, ese día y todos. Los del equipo de animación siempre somos los primeros en levantarnos. O al menos, eso pensaba, siempre  me sorprendo cuando me cruzo con algún crucerista, con el que nos pasamos hasta las tantas bailando en cubierta. Yo me pregunto... ¿Habrá dormido?..., por que si no utiliza su elegante y amplio camarote, me lo podría cambiar. Lo malo de ser becario,  es que siempre te tocan los peores camarotes, casi por debajo de la línea de flotación. 

Ah, un detalle que se me olvidaba, soy animador en un crucero. y la verdad es que no puedo quejarme. Poder hacer las prácticas Erasmus en un crucero, es algo que nadie se lo habría planteado. Para qué elegir ciudad, si puedo estar en todas.

Las primeras luces del día se asomaban por el pequeño ojo de buey. Nunca lo cubrimos, despertarse viendo ese cálido amanecer tiñendo de naranja las cálidas aguas mediterráneas, te daba la energía suficiente para todo el día. Aunque con lo cerca que teníamos el agua parecía que íbamos en lancha.

Comencé a oír ruidos y murmullos de mi compañero de camarote, Alex, en la cama de abajo. En nuestro camarote solo tenemos dos camas, en litera, y un pequeño escritorio.

Salté de la cama con mucha energía, igual demasiada, estaba bastante alto, y al tocar el suelo sentí un fuerte dolor en los tobillos, intenté disimularlo, pero fue inevitable cojear hasta el armario. 

Alex se levantaba quejándose, como siempre.

— Hoy ,fiesta de la espuma en la piscina... - Consulto el diario de abordo.- Están todos desayunando y burlándose de nosotros. — Dijo con su voz cansada de siempre.

— ¡Buenos días! Esa es la idea, ¡Venga que hoy atracamos en Valencia!

Junté la puerta del armario para que pasara al baño, con su lentitud típica de las 5 de la mañana.

— ¿Dónde vas tan alegre? — Dijo al verme con un uniforme de lo más colorido.

— Es el nuevo uniforme, aún más ridículo que el anterior...

— Que dices, está guay, de eso salen muchos chistes. — Dijo con una rara sonrisa de repente.

Comenzaba a despejarse, una vez nos ponemos los uniformes, se nos pega la sonrisa de anuncio de pasta de dientes. Alex salió con energía del baño, y me empujó sin querer dentro del armario. Cosa que nos tomamos a risa.

Nos centramos, serios de una vez, posicionados frente al espejo como todas las mañanas, miro de reojo el uniforme de Alex, le queda igual de mal que a mi, y ambos nos miramos.

— Nick

— Alex — Respondo

Subimos rápidamente la sonrisa hasta que se convierte en carcajada, es inevitable, salimos rápidamente del camarote. 

Empezaba el día que iba a cambiarlo todo.

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Aqui empieza la historia, Mireya, te paso el relevo.😉

Vacaciones ImprovisadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora