Vacaciones Improvisadas

- 12 - LESS

— Al final voy a pedir una orden de alejamiento. — Dije, aunque ambas personas mirándose con cara de cachorrito adorable me ignoraron por completo. Creo que voy a vomitar.

— Hola Nick. — Sonrió con timidez.

— Hola guapa, estaba deseando volver a verte. — Lisa se rió mientras se tocaba el pelo y miraba el suelo. Definitivamente voy a vomitar.

— Hola Less — Al fin se dan cuenta de que existo. ¿Cómo sabe mi nombre? Prefiero no saberlo. — Venía a preguntarte si le has dado el sobre a tu primo.

— ¡Literalmente me lo diste hace unas horas, Lisa! — Nick me dio un codazo algo fuerte en las costillas. Supongo que tenía que aprender a controlar mi humor. — Se lo iba a dar justo ahora, ¿Verdad que sí, primito? — Juro que sonreí de la forma más falsa que pude hacerlo.

— Si, es verdad, está encima de la mesa. Pasa dentro, Lisa, así lo abro contigo delante. — Nick ofreció a la chica acosadora entrar a mi camarote a la vez que mi prima y mi hermano se escabullían silenciosamente. Que suerte.

Me senté en un pequeño sillón que había a una esquina de la habitación principal. Aunque era cierto que tenía curiosidad por saber que había en el sobre, no quería meterme en sus conversaciones. Esperaba que me ignoraran otra vez, aunque Nick cogió el sobre y se dirigió con determinación hacia donde yo estaba. Abrí los ojos con espanto. ¿Iba a hacer lo que pensaba que iba a hacer? Lo hizo. Se sentó sobre mis piernas pasándome un brazo por los hombros. Le miré con enfado y al darse cuenta, retiró el brazo, sin levantarse. "Recuerda el trato" me susurró, y quise pegarle un puñetazo.

— Bueno, abre el sobre ya, primo. — Remarqué la última palabra con ironía. — Así todos podremos irnos a hacer nuestras cosas.

— ¿Acaso tienes algo mejor que hacer que estar con el mejor primo del mundo? — Levantó una ceja al preguntarme.

Miré a Lisa, que nos observaba con atención. Dudaba que se diera cuenta de lo que estaba pasando realmente. Esa chica tenía un serio problema de atención, vivía en su mundo de arcoíris y unicornios.

— ¿Sabéis qué? — Empujé a Nick al mismo tiempo que me levantaba, pesaba extrañamente poco. — Estoy cansada de esta tontería. Lisa...

Nick notó mis intenciones, porqué se levantó cuando aún casi no había rozado el suelo y me tapó la boca, haciéndome callar al instante. Intenté soltarme, pero me tenía cogida por detrás, pasando una mano por la cintura, la que contenía el sobre, y otra manteniéndola en mi cara. Este chico también tenía un serio problema: el problema de no saber con quién se metía. Le pegué con el codo en el estómago. Se echó atrás retorciéndose lo suficiente como para alejarse unos metros de mí.

— ¡Estás loca! — Me gritó a la vez que retrocedía algunos pasos más.

Me resultaba graciosa la situación hasta que tropezó con la zapatilla de Lisa, que estaba intentando apartarse, y el sobre resbaló por el suelo de la terraza hasta caer.

— Genial, mira lo que has hecho.

— Nick, esto no habría pasado si tú no me hubieras atrapado. — Empezamos una discusión por algo que ni siquiera sabíamos que era, y mucho menos me importaba.

— Si te hubieras callado yo no habría tenido que taparte tu estúpida boca.

—¿Me estás llamando estúpida? Te estoy ayudando, lo menos que podrías hacer es agradecérmelo.

— Chicos, tranquilos. — Intervino Lisa. — No discutáis por favor, sois familia y no quiero que estéis enfadados. Voy a bajar a buscar el sobre, dudo mucho que se haya roto. Mientras tanto disculpaos el uno con el otro.

La miramos expectantes sin decir ni una palabra hasta que desapareció del camarote. Respiré profundamente para intentar tranquilizarme antes de hablar, aunque habló Nick primero.

— Aquí tienes. — Me entregó unos 6 pases para la excursión prometida de Roma.

Tenía una expresión seria, aunque no parecía enfadado. Y sin más, al igual que Lisa, se marchó sin decir nada. Me quedé unos segundos mirando los pases, y luego levanté la vista a la puerta que se había quedado entreabierta.

— Gracias... — Susurré sin esperar que Nick me escuchara.