Corría mirando atrás cada 2 segundos, aunque estaba casi segura de que ese chico no había visto cuál de los pasillos había tomado para mi huida. De hecho ni siquiera habría visto si salía por la puerta o saltaba al mar. No es que estuviese ciego, pero ese temblor notable del barco fue lo suficientemente alarmante como para no poder ver que pasaba alrededor por unos instantes. ¿Debería preocuparme? De todas formas, me fui porque estaba algo incómoda y frustrada. Mi incomodidad no se debía a llevar un bikini puesto, ni a que no sabía ni cómo se llamaba, me sentía molesta por el simple hecho de que no recordara que minutos antes me había lanzado con, quizá demasiada fuerza, a la piscina. ¿De verdad no se acordaba? ¿Tan invisible soy?
Esta vez llamé al de mis padres. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?
— ¿Qué haces con el bikini puesto, Leslie? — Preguntó mi padre con el ceño fruncido.
Me esperaba al menos un "hola, hija" "¿cómo estás?" "no te he visto desde que subimos al barco, ¿Dónde están tus primos y tu hermano?". Odiaba que me llamasen Leslie, pero es mi padre y no se lo podía reprochar.
— ¿Me puedes conseguir una copia de la tarjeta mientras le robo algo de ropa a mamá, por favor? — Mi padre asintió y no dijo ni una palabra más. Se fue sin dejar de mirarme con asombro.
Le conté la historia completa a mi madre con la condición de que me prestase un vestido. Me puse el primero que encontré en la maleta, ella no puso ninguna pega. No era la primera vez que cogía prestada su ropa, puesto que usábamos la misma talla. Le di un beso y le dije que iba en busca de los demás. ¿Dónde se habían metido?
Instintivamente volví a recorrer el mismo camino que había hecho antes. La piscina, la sala de recepción, y luego a popa. Esperaba encontrarme por casualidad con mis primos y Dereck y eran los únicos sitios que, de momento, conocía del barco.
¿Vosotros creéis en las casualidades? Porque yo no. Por eso me sorprendió ver cuando pasé por delante de la puerta por donde había salido corriendo hacia una media hora antes, que todavía seguía estando aquel chico allí, pero ya no estaba solo. Estaba acompañado de otro chico un poco más alto que él, con el pelo rubio y una camiseta blanca. No pude saber mucho más de él dado que estaba de espaldas. Me pareció ver que el agresivo que me tiró a la piscina estaba a punto de girarse, y no se me ocurrió otra cosa que ponerme a un lado de la pequeña ventana de la puerta para que no me viese. Digo que no se me ocurrió otra cosa mejor, porque la puerta se abrió de golpe. Dolor, es lo último que recuerdo antes de caer al suelo, y más dolor.
Quería abrir los ojos, pero me estaba costando. Lo único que podía hacer era arrugar la frente y la nariz. Llevé la mano derecha a mi frente y al primer roce abrí los ojos de golpe por la dolorosa punzada que sentí. Intenté levantar mi cuerpo rápidamente pero una pared muy dura me lo impidió y volví a caer recostada al suelo. Corrijo, no fue una pared, fue una cabeza que me estaba mirando muy de cerca. Quise hablar e insultar, pero lo único que salió de mi boca fue un quejido, algo infantil para mi edad, debo admitir.
— Tampoco era necesario vengarte tan pronto... — Recriminé.
Seguía acostada. Cuando miré a mi izquierda vi al chico rubio de la popa riéndose y mirando a mi otro lado a... Ahí estaba, su compañero bajito y molesto. Se estaba acariciando la frente enrojecida y estaba soltando algún que otro quejido. Se lo merecía.
— Ya van dos en un día, ¿Acaso me odias? — Espeté algo malhumorada.
Parecía que me tenía manía. Aunque él no pareció entender a qué me refería. Se ve que seguía sin acordarse.
— ¿Acaso nos conocemos? — Preguntó con una sonrisa de medio lado y una ceja levantada. ¿Le hacía gracia la situación?
Levanté medio cuerpo para poder sentarme y mirarlo mejor a la cara. Quería que supiera que a mi no me parecía gracioso. Le miré con expresión seria para seguir hablando. O gritando, mejor dicho.
— Ya te gustaría. Prefiero no conocer a las personas que intentan matarme durante mis vacaciones.
— ¿Matarte? Solo tienes un pequeño rasguño en la frente. ¡A penas te sale sangre!
— ¡Tengo la mano roja por intentar tapar la herida que acabas de hacerme golpeándome con una puerta y ni siquiera te has disculpado! — Intenté levantarme por completo, esto se ponía serio. — ¿Te crees que...
Antes de que terminara de incorporarme, empecé a ver algo borroso. No me dio tiempo a terminar la frase, o eso creo. Solo vi como todo se volvía negro y dejaba de tener autoridad sobre mi cuerpo, que se caía hacia atrás sin yo poder evitarlo.
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Vacaciones Improvisadas
Romance"Para que trabajar en un sitio, si puedes estar en todos." "Nick" un joven haciendo practicas en el equipo de animación de un mega crucero. 'Less", de vacaciones con su "Adorable Familia" sus caminos preferirían no haberse cruzado. "Nick" Narrado p...