Vacaciones Improvisadas

-14- LESS

Mientras mi padre se empeñaba en seguir haciendo fotos de familia en la plaza del Coliseo, yo seguía mirando de lejos a Nick y Lisa. Se pararon un poco antes de llegar al monumento. Pude apreciar como Lisa pedía a un hombre si podía hacerles una foto, supuse que fue eso porque le dio una cámara y ellos dos posaron cogidos por las cinturas. Solté un suspiro lleno de exasperación. ¿Por qué me molestaba tanto verlos juntos?

— Si les sigues mirando de esa forma al final te van a salir rayos X por los ojos. — Dijo la vocecilla de mi hermano posicionándose a mi lado.

—No estaría de más que le dieran a Lisa en toda su cara perfecta. — Me sorprendí a mi misma al decir eso.

— Leslie, ¿estás celosa? — Me miraba con picardía. Solo me llamaba Leslie al bromear o al hablar de cosas serias. Esperaba que esta vez fuera una broma.

— ¡No! ¿Celosa? No. ¿Celosa de Lisa? ¿Yo? Por favor, Dereck, que poco me conoces. — Mi voz sonó más aguda de lo que pretendí. Al girarme hacia él vi como levantaba las cejas.

— Por suerte o por desgracia te conozco más que tú a ti misma. Pero bueno, no venía por eso. Quería decirte algo, pero antes de que te enfades te advierto que no ha sido culpa mía. — No me miraba a la cara y eso crea sospechas.

— Suéltalo ya, Der.

—¿Recuerdas cuando antes de venir al crucero no encontrabas tu cuaderno? Ese cuaderno donde apuntas cosas que ni el mismo dios de la escritura sabe que has escrito... Lo he perdido.

— ¿Has perdido mi cuaderno? — ¿Eso que temblaba tanto era mi mano?

— Bueno exactamente no está perdido...

— ¿Mi cuaderno?

— Realmente perdido como tal no está, es decir, si, bueno no, simplemente se encuentra en otra ubicación que por ahora desconocemos.

¿Sabes cuando te encuentras en una situación y de repente estás haciendo otra cosa sin saber cómo has llegado hasta ahí? Eso me pasó a mí cuando de un segundo a otro me encontré en el suelo dando manotadas en la cara a mi hermano. No me importaba si nos miraba la gente de alrededor, estaba enfadada y no podía racionalizar. No paré hasta que las manos de mi madre me sujetaron por la cintura para levantarme.

— ¡¿Se puede saber en qué pensabas!? Voy a irme con otro grupo, nos vemos aquí a la 1. — Grité enfadada.

No les di tiempo a responder. Mi mochila llena de bocadillos y yo nos marchamos dando fuertes golpes con las zapatillas al andar, dando a entender que si alguien me hablaba acabaría muy mal. Puede que estuviera enfadada desde el momento que vi a Nick sujetar a Lisa por la cintura, y eso hizo que lo pagase con mi hermano. En realidad debo admitir que no estaba enfadada con Dereck, aunque no debería haber abierto mi maleta ni haber cogido esa libreta. Él y yo no teníamos secretos, pero jamás había enseñado a nadie que escribía en él por el mero hecho de que escribía historias cortas imaginarias que me imaginaba cada noche antes de dormir. Había historias extrañas, ridículas, de amor, y otras muchas comprometidas. No quería que nadie más leyera mis pensamientos.

Me paré a unos metros de Nick y Lisa. Me di cuenta de que no tenía otros conocidos con los que pasar la noche a parte de mi familia, bueno, y ellos dos. Antes de acercarme, respiré hondo. Estaba muy nerviosa y ni siquiera sabía por qué. Antes de que empezara a caminar, Lisa me vio y se acercó corriendo a mi.

— Hola Leslie, ¿quieres venir con nosotros de ruta turística? —Su sonrisa me provocó otro ataque interior de nervios.

— Es Less. — Respondí cortante, y al instante la mirada de Nick me decía que parase de ser tan borde. Tenía una cara muy expresiva, así que desde el primer instante pude apreciar cada palabra que quiso decir con su mirada. Cambié mi tono a uno más amable. — ¿Dónde tenéis pensado ir?

...

Llegamos a la plaza de España. Durante el trayecto en autobús no hablé mucho, aunque Nick tampoco, ambos dejamos que Lisa nos contara sus fantásticas anécdotas en otros países. Las más interesante de todas fue la de cuando su caniche se escapó y apareció a las dos horas intentando subir a un árbol, a alguien que pasaba por allí le pareció raro y decidió llamar a la policía. No me extraña que quisiera huir de ella.

Me alejé un momento mientras ellos se iban a sentar en un banco de piedra a unos metros. Quería llamar a mi madre para avisarle de que estaba bien y segura, le dije que estaba en compañía de un chico de animación y que no tenía por qué preocuparse. Cuando terminó la llamada me dirigí hacia ellos de nuevo con una sonrisa que a Nick le hizo sospechar que iba a hacer algo maligno. En realidad no tenía pensado hacer nada malo, no entendía mi mala fama. Cuando me situé frente a ellos, estaban sentados a escasos centímetros, cosa que no me hizo frenar al hacerme hueco entre los dos, empujando a Lisa con mi cintura. Miré a mi derecha, una Lisa que sonreía como si no acabara de quitarle el sitio junto al chico que le gusta, y a mi izquierda un Nick con cara de tener pocos amigos. Por un momento pensé que iba a pegarme, o algo peor, preguntarme por qué había hecho eso. Ni yo misma sabía la respuesta. Volví a mirar a Lisa, su cara me daba menos miedo en ese momento.

— Bueno Lisa, cuéntenos, ¿Tienes novio? ¿O novia quizá? — Le pregunté curiosa, esperaba que dijese que sí, aunque solo fuera por ver la cara de Nick al enterarse.

— No tengo novio, ni novia. Estoy esperando a la persona correcta. — Miró a Nick por encima de mi hombro, y supuse que él le estaría mirando con la misma cara asquerosa. — ¿Qué hay de ti, Less? Cuéntame un poco más de tu vida, tu primo lo sabrá todo pero yo aún no te conozco casi.

— Oh, bueno no hay mucho que saber. Vivo en una casa, tengo un hermano y eso. — Respondí mientras sacaba uno de los bocadillos de mi mochila. Me moría de hambre.

— ¿Cómo se llama tu hermano? — A los acosadores no hay que darles datos sobre tu vida, y menos sobre tu familia. Así que me inventé un nombre cualquiera.

— Thomas.

— ¿Thomas? Pero si el otro día... — Le metí el bocadillo en la boca a Nick antes de que continuase hablando. Él lo escupió, y siguió callado escuchando nuestra conversación.

— Oh, es un nombre bonito, pero yo creía que se llamaba Dereck. — Miré a Lisa con una mezcla de asombro y miedo.

...

Seguimos cogiendo autobuses y haciendo mil paradas mientras Lisa nos contaba absolutamente toda su vida, sin abstenerse de ningún detalle. Me dolía la cabeza. Su voz era irritante y más cuando te pasabas más de una hora oyéndola. Acabábamos de bajar de un autobús, aunque esté seguía estacionado con el motor en marcha y las puertas abiertas, esperando por si alguien tomaba una decisión en el último momento y subía. Sonó el típico sonido para avisar que las puertas se cerraban y de pronto tuve una idea, una idea que me pareció maravillosa en ese instante. Una de las ideas más impulsivas que he tenido. Estiré de la parte delantera del jersey de Nick con todas mis fuerzas. Del impulso, cayó sobre mi y yo caí encima de las escaleras del autobús, mientras las puertas de éste se cerraban y Lisa señalaba en dirección contraria a nosotros fuera de él. El autobús arrancó y acabábamos de abandonar a Lisa por mi culpa.