Lauren
La mierda se volvió seria. Max se veía incrédulo mientras lentamente preguntaba:
—¿Así que estás diciéndome que estuviste de acuerdo en ser su amiga?
Me siento en la mesa en nuestra habitación de “relajación”. Hago muchos negocios en el club durante el día. Tiene dos pisos. Soy dueña del edificio. Hay habitaciones vacantes en el segundo piso, una de las cuales es mi oficina. Hay dos salas de conferencias. Por último, la sala de “relajación” la que tiene una gran TV LCD, cable, reproductor de DVD, computador, estéreo, juegos de mesa, el sofá más cómodo en el que tu trasero alguna vez se ha puesto, mesa de comedor y sillas, refrigerador, un armario llenos de aperitivos, y libros para colorear y marcadores (para mi sobrina). Estoy mirando hacia abajo y rompiendo una servilleta en tantos trozos pequeños como puedo. Respondo.
—Lo sé, ¿cierto? ¿Qué demonios está mal conmigo?
Mi hermano me mira y sonríe. Dice: —Se metió bajo tu piel —se ríe y continúa—. Es muy muy linda. Y ese trasero, mmmm bonito.
Tengo la repentina urgencia de darle una bofetada en la parte trasera de la cabeza. Mi hermano Max es mi mejor amigo. Bueno, él, y también Asher a quien apodamos Ghost. Todos crecimos juntos, fuimos a la escuela juntos y cuando estábamos en nuestro último año de secundaria, Ghost se mudó con nosotros. Esto hizo a mamá extremadamente feliz, porque como ella decía, sus padres eran “bad people” o “mala gente”. Todo el pueblo sabía esto. Mamá quería a Ghost como si fuera su propio hijo. Se negaba a llamarlo Ghost, pero a él no le importaba. Él la llamaba mamá y la quería tanto como yo, tal vez incluso más. Ghost se escabullía de la clase de gimnasia para que nadie pudiera ver los moretones sobre todo su cuerpo. Yo sabía que estaban ahí, pero estaba prohibido hablar de ello. Lo saqué a relucir con él una vez y desapareció por una semana. La próxima vez que lo vi le dije que no lo mencionaría otra vez, pero le deje saber que era mi hermano y cuidaba su espalda. Siempre. Asher y yo teníamos treinta y cuatro. Max es un año menor que nosotros. Ahh, ¡el mismísimo chico dorado! Ghost entra a la habitación seguido por mi primo Diego a quien llamamos Trick. Ambos toman asiento. Max comienza:
—Hey Casper, ¡¿adivina en que se metió Lau?! —él prácticamente está mareado. Idiota.
Ghost pasa una mano por su cabello rubio y vuelve sus ojos marrones hacia mí. Él supone.
—¿Un nuevo auto?
—Nop
—Max recalca la p.
Se vuelve hacia Diego y le dice:
—Trick tienes una suposición.
Trick se parece a nosotros, la misma estructura facial y tono de piel. Es un poco más bajo, pero aun así, es alto. Tiene la misma edad que yo, pero fuimos a diferentes escuelas. Su madre y la mía son hermanas. La única diferencia entre nosotros es que sus ojos son color avellana. Trick pregunta:
—¿Un perro?
Max comienza a reírse. Dice:
—Casi.
Cállate cabeza de chorlito.
Lo fulmino con la mirada desde el otro lado de la mesa.
—Tiene un nuevo amigo. ¡Y es una chica!
Ambos, Ghost y Trick levantan la cabeza de un tirón luciendo expresiones cuestionadoras. Asiento en confirmación. Están en silencio por un rato antes de que Trick me sonría y pregunte:
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