Capítulo 18

4.3K 241 17
                                    

Camila

Después de nuestro festival de hacer el amor en la oficina de Lauren nos quedamos unidas por un largo rato besándonos y abrazándonos.

Lamentablemente, el tiempo viene para que nos separemos. Me levanto de Lauren y nuestros jugos combinados fluyen por mis piernas.  Me pongo de pie con las piernas temblorosas con sólo un zapato. Miro a Lauren que todavía esta acostada sobre su espalda en su escritorio. Pone sus brazos detrás de su cuello, sonriéndome con hoyuelos y con ojos danzantes.  No estoy segura de cómo me veía, pero Lauren obviamente lo encuentra entretenido.  ¡Debo verme como el demonio!  No puedo evitar quedarme mirando sus pantalones aun abiertos para ver su ablandada longitud y pensar ¿Cómo eso entró en mí? Lauren se dobla hacia adelante por la cintura, se pone de pie y deja sus pantalones abiertos. Camina hacia mí, besa mi frente y dice: 

—Vamos cariño, déjame limpiarte. 

Asiento con la cabeza y luego tiro de mi vestido hacia abajo y me saco mí único zapato. La sigo al baño y, metiendo sus manos bajo mis brazos, me levanta para sentarme en el mostrador de mármol. Mira las ásperas toallas de papel en el soporte y se queda pensativa. Sale del baño un minuto y vuelve con una corbata. No cualquier corbata, una corbata de seda azul marino.  La sostiene y afirma: 

—Creo que esto funcionara mejor que esas —señalando hacia las toallas. Estoy confundida.

Lauren empapa la corbata de seda con agua cálida, la escurre y la extiende por mis piernas. Pongo uno de mis pies en su hombro y doblo el otro sobre el mostrador. Me seca suavemente y me limpia ¡con su corbata de seda!  Wow… esa corbata debió haber costado alrededor de cien dólares y me está limpiando con ella.  Después limpiarme, besa el interior de mi muslo y raspa su mejilla en él. Me sacudo con sorpresa. Ella se ríe entre dientes y siento su aliento en mi sexo desnudo. Dice suavemente: 

—Pronto, un día, voy a probarte. 

Mi vientre tiembla y mi núcleo tiene espasmos de placer.  ¡Sí por favor!  Pellizca mi muslo; chillo y golpeo su hombro. Se ríe entre dientes otra vez y no puedo evitar reírme.  Bajo mis piernas pero permanezco en el mostrador. Se mueve para limpiarse a sí misma, pero tomo la corbata y la empapo. Exprimo el exceso de agua y me apodero de ella con suavidad. Uso la corbata para limpiarla como hizo conmigo. Acaricio abajo y arriba por su longitud y la siento endurecerse bajo mi toque. Se mueve más cerca de mí y lame mis labios lo cual lleva a besos más profundos y apasionados.  Después de que hemos tenido unos minutos para sostenernos y organizarnos. Se arrodilla en frente de mí y pone mis zapatos de vuelta en mis pies.  ¡Igual que a Cenicienta!  Salimos del baño abrazados. Ella pone un brazo alrededor de mí y me acerca más a su lado. Pongo un brazo en torno a su cintura y descanso la otra en su pecho.  Deja de caminar de repente, se da la vuelta y pregunta: 

—¿Estás bien con esto? 

No estoy segura de lo que es esto, así que digo en voz baja. 

—¿Con qué exactamente? 

Su frente se arruga pero sonríe y contesta.

—Con nosotras. 

¡¿Hay un nosotras?! Susurro con los ojos muy abiertos: 

—¿Hay un nosotras? 

Lauren se ríe entre dientes y me acerca aún más. Me besa suavemente y dice contra mis labios: 

—Nena, ha habido un nosotras desde el día en que me enviaste dulces. 

¡Wow!  Susurro: 

—Wow —y siento su sonrisa en mis labios. 

Siempre Tu (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora