Camila
La noche de póker se ha convertido en la noche de juegos de mesa. Resulta que los chicos estaban perdiendo demasiado dinero con Ghost, quien tiene una suprema cara de Poker y no dice nada en absoluto. Max, Ghost, y Lola se sientan en la mesa del comedor preguntándole a los demás si alguien más quiere jugar. Veo que Nat levanta la mano y camina hacia la mesa. Uh oh. Ni siquiera trato de ocultar mi preocupación. Me acerco a Max y hablo en voz baja:
—¿Estás seguro de que quieres jugar con ella?
Max se ve confundido y responde:
—Claro, C. Nos falta un jugador.
Levanto mis cejas y respondo con un largo y prolongado:
—Vaaaaaleeee —Entonces me inclino más cerca y susurro: —No digas que no te advertí.
Me dirijo a los sofás con el juego del Uno. Meems odia jugar conmigo, pero siempre es una buena chica y un poco competitiva, lo que es genial porque no se rinde fácilmente cuando le pateo el trasero. Camila, Trick, y Mimi se reúnen a mi alrededor mientras reparto. Todos tomamos nuestras cartas y jugamos. Lauren intenta abrazarme, pero sé que está tratando de mirar mis cartas. Le doy una mirada de ni siquiera lo pienses, que debe verse lo
suficientemente seria porque ella levanta sus cejas, pone sus manos en señal de rendición y retrocede. La cosa casi se puso seria. Jugamos tres rondas. Gano las dos primeras y estoy realmente feliz cuando Meems gana la otra. Salto del sofá y la derribo en el suelo diciendo:—¿Quieres un pedazo de mí?
Estoy aún más feliz cuando ella se echa a reír. Mimi parece mucho más feliz estos días. Tan pronto como me quito de encima de ella oigo a Nat decir en voz alta:
—Este juego apesta.
¡Oh mierda! Ghost le sonríe y responde:
—No. Tú apestas.
¡¿Por qué, oh por qué, Ghost?! ¡No provoques al toro! Nat se pone de pie y se inclina sobre la mesa hacia él. Veo su movimiento involuntario del ojo. Eso no puede ser bueno. Susurra en extraña calma:
—Oh, ¿sí?
Ghost ni siquiera la mira cuando él contesta con un firme:
—Sí.
Nat recoge el tablero y lo lanza por la habitación. Este golpea la pared y las piezas vuelan por todas partes. Luego se pone de pie y camina tranquilamente hacia el sofá donde se deja caer y dice malhumorada:
—Estoy aburrida.
Sonrío y miro a un Max conmocionado, a un Ghost riendo entre dientes, y a una Lola cabreada. Digo dulcemente:
—Te lo dije.
Max asiente con la cabeza y dice:
—Se acabó el juego, Red Rover.
***
Lauren
—¿Papá?
Miro hacia el monitor, pero veo que Camila ya está de camino a la cocina a por un vaso de agua para Ceecee. Sonriendo para mí, pienso en cómo ella sería una madre perfecta. Entonces, de repente estoy frunciendo el ceño. Debido a que ya nunca experimentaremos eso juntas. Max mira a Camila con una pequeña sonrisa. Ella ha sido la modelo perfecta para Ceecee. Es dueña de un negocio exitoso, tiene buenos modales, ama cocinar y hace partícipe a Ceecee en las cosas cotidianas. Su consejo a Max sobre dejar que Ceecee sea independiente, realmente ha valido la pena. Ella se prepara sola para la escuela, hace su propio desayuno, y está generalmente más feliz. Fue difícil para Max dejarla hacerlo. Estaba tan acostumbrado a hacer todo por Ceecee. En parte porque le gustaba que ella lo necesitara. Creo que le preocupaba ser excluido de la vida de Ceecee si él no tenía que hacer nada por ella. Camila desaparece por el pasillo y todos reanudamos la partida. Pasa media hora y Camila no ha regresado. Hora de Sherlock Holmes. Me arrastro por el pasillo y encuentro a Max escuchando a escondidas a Camila y Ceecee. Él parece que quiere echarse a reír. Toco su hombro. Se gira y pone un dedo su boca. Oigo a Camila primero.