Camila
Ha pasado un poco más de una semana desde que Sissy hizo la jugada de Lauren. Ayer fue lunes y me sentía un poco mal. Pero arrastré mi trasero al trabajo como hace la mayoría de la gente. Conseguí pasar la mitad del día deprimida y lloriqueando antes de que Meems y Nat me enviaran a la oficina de Lauren con una nota. Sinceramente, me sentí como que estaba siendo enviada a la oficina del director. Cuando llego a la oficina de Lauren veo su cara preocupada por mi obvio estado. Me arrastro hacia ella y le entrego la nota. Sus ojos se estrechan pero me la quita y la lee en silencio.
Lauren pone la nota sobre el escritorio y se echa a reír. Me inclino sobre el escritorio y leo.Te pagaré cien dólares si te quedas con ella el resto del día. La amo hasta la muerte pero es una mierda total cuando está enferma.
Con amor Nat x.
Bueno, ¡nunca más! Finjo estar herida. Pero mi amiga no está equivocada. Apesto cuando estoy enferma. Me convierto en una petulante niña de cinco años. Lauren me atrapa en un abrazo de oso. Ella está tan cálida. Mis estornudos son sordos y estoy segura que la estoy llenando de mocos. Digo con voz nasal:
—No me abraces, cariño, vas a enfermar.
Me frota la espalda. Eso se siente bien. Ella responde:
—No te preocupes por mí, bebé.—
Se echa hacia atrás y me besa la nariz—Nunca me pongo enferma.Esto nos lleva a la actualidad. Ya no estoy enferma, de hecho, me siento muy bien. Supongo que era solo un virus de veinticuatro horas. Los cálidos abrazos de Lauren y el té sin fin que me trajo ayer parecen haber funcionado. Pero esta mañana temprano he recibido un mensaje multimedia.
Es de Max y dice: Ojo por ojo. Es una foto. De Lauren.
La foto ha sido tomada a tres cm de su rostro dormido. Su boca está muy abierta porque hay bolas de papel tissue metidas en su nariz. Los extremos del papel están alrededor de su boca. Gotas de sudor ruedan por su frente. Síp. La Sra. Yo-Nunca-me-pongo-enfermo... enfermó.
Mi cuerpo se sacude con una risa silenciosa y guardo la imagen en el nombre de Lauren en mi teléfono, así que cuando ella llame aparecerá la foto en la pantalla. Golpeo suavemente en la puerta del dormitorio de Nat y le digo que hoy voy a cuidar de Lauren. Ella asiente y dejo las llaves en su mesa de noche. Entonces llamo a Max y le digo que está a cargo de The White Rabbit hoy. Él responde con un, divertido:
—Sí, señora.
Empaco una bolsa de viaje y llamo a un taxi. Hora de cuidar de mi bebé.
***
De camino a la casa de Lauren pido al taxista que pare en varios lugares. Primero, me detengo en la farmacia y consigo un jarabe para el resfriado y aspirinas. La siguiente parada es en el supermercado donde consigo bebidas isotónicas que contienen electrolitos, té de manzanilla, miel, fideos y verduras. Mi última parada es la carnicería. Le pido pellejo de pollo, huesos de ternera, y alas de pavo. Una combinación extraña, lo sé. Max me dijo que dejaría la puerta lateral abierta para mí, así que cuando llego a su casa, entro directamente. Lo dejo todo en la cocina, tomo una bebida isotónica y camino a la habitación de Lauren. Abro la puerta lentamente y me asomo. Ella levanta la cabeza y gime:—Eres la peor novia del mundo. Ya no somos amigas.
Me río y me siento a su lado en la cama. Ella realmente parece enferma, pobre. Usando mi palma para medir la temperatura de la frente, le digo:
—Compartir es bueno, cariño.
Cierra los ojos con felicidad cuando las frías palmas de mis manos descansan en su mejilla y en su frente. Ella dice: