Camila
Un mes después...
Sólo de pensar en el mes pasado me hace sentir agotada. Resulta que estuve tres semanas en el hospital antes de despertarme de mi profundo estado de coma. Me dispararon justo debajo de la parte derecha de mi clavícula. La bala fue directa entró y salió, por suerte perdiéndose todos los órganos vitales.
Lauren estuvo allí conmigo cada día, dejando a Max a cargo de The White Rabbit. Mi padre vino cuando me dispararon pero Lauren lo envío de regreso a Cali con la promesa de que si algo cambiaba, lo llamaría. Al día siguiente que desperté, mi padre estaba allí presionándome para que mejorara, lo que me hizo reír. Mi padre se vuelve aún más brusco cuando está sufriendo. Estuve otra semana en el hospital después de despertarme y al salir pedí ver al doctor en privado. Pasar un mes en el hospital después de una experiencia cercana a la muerte hace cosas en una persona. Primero, te preguntas cómo vives tu vida. En segundo lugar, decides hacer cambios. Y, por último, decides vivir una vida más plena. Esta es la razón de mi cita privada con el doctor. La doctora que conozco como Gail entra en mi habitación y cierra la puerta. Hago mi petición y ella sonríe.
—¡Por supuesto! Podemos hacerlo hoy. Sólo tardaremos un minuto. Sin embargo, sólo voy a preguntarte esto una vez más. ¿Estás segura?
Asiento con la cabeza y en pocos minutos, está hecho. Estoy tan sorprendida de mí misma y no puedo evitar la enorme sonrisa que se extiende en mi cara.
Las semanas siguientes consisten en Lauren y yo haciendo terapia física dos veces al día. Nos motivamos tanto como podemos, pero algunos días son más difíciles que otros. Las dos estamos curadas casi por completo, pero nos han dicho que las heridas de este tipo están siempre patentes en la mente y que lo más probable es que experimentemos dolores fantasmas de vez en cuando. Tío Jerm trabajó con la policía mientras yo estaba en el hospital para dejar a Lauren libre de cualquier cargo a los que podría haber enfrentado por matar Omarr. Todos los cargos fueron retirados. Una semana después de que me dieran de alta del hospital, Lauren hizo una fiesta de bienvenida para mí en su casa. Todas las personas a las que ama estaban allí; mi padre, las chicas, los chicos, la madre de Lauren y sus hermanas, Molly, Ceecee, incluso el tío Jerm. A mitad de la maravillosa noche, Max y Trick me levantaron y me colocaron en la barra de la cocina. Todo el mundo se volvió a mirarme con diversión en sus ojos. Así que, por supuesto, mis ojos se estrecharon de un modo no-me-gustan-las-sorpresas. Lauren se acercó y dijo para que todos escucharan:
—Creo que lo tradicional es arrodillarse, pero no puedo debido a mi lesión, así que le pedí a los chicos colocarte en la barra en su lugar.
Ellq sacó una pequeña caja de cuero de sus pantalones vaqueros. Jadeé en voz alta y me tapé la boca con mis manos. Sonrió y dijo:
—Camila, la mejor cosa que hiciste fue friend-zonearme.
Con esto, todo el mundo se echó a reír, incluso yo. Y continuó:
—Y nunca pensé que estaría tan agradecida por esos asquerosos labios de cera dulces. Hay tantas cosas que se han interpuesto en nuestro camino… pero siempre hemos salido adelante. Ni siquiera la muerte podría separarnos. Te quiero a mi lado para siempre, nena. ¿Me harías el honor de ser mi esposa?
Aún con mis manos sobre mi boca, doy un grito ahogado.
—¡Ahhh, sí!
Ella soltó una risa y abrió la caja. El anillo de oro es hermoso y elegante. Es de buen gusto y es exactamente lo que habría querido si lo hubiera elegido yo misma. Tiene tres bonitos diamantes brillantes encima de él. Me encanta.
Con voz ronca dije: