Capitulo 26

2.4K 208 15
                                    

Camila

Tío Jerm no me deja salir del almacén que él llama la fábrica hasta después de que tomara un poco de café y desayunara con él. Me alegro de que me convenciera. Probablemente me habría desmayado de agotamiento a mitad de camino de The White Rabbit.  Al salir, el tío Jerm me dio un cálido abrazo y me dijo:  

—Me has salvado la vida, Camila, lo que significa que te debo una. Una grande. Si necesitas cualquier cosa de este anciano, simplemente llámame.

Él me da su tarjeta de visita y la deslizo en mi bolso.  Lo que nos lleva a ahora. Estoy frente a The White Rabbit.  Mi corazón se acelera y mi estómago se hace nudos.  Voy a tener que contarle a Lauren todo. Y a ella no le va a gustar. Mis experiencias anteriores me dicen que debo ser honesta con Lauren pero estoy petrificada de cómo podría ser su reacción. Cierro los ojos y respiro profundamente.  Lauren va a entenderlo. Tiene que hacerlo.  Me compongo lo más que puedo y camino hasta la oficina de Lauren. Justo antes de que llegue soy recibida por un Max pareciendo realmente enojado. Él levanta su mano y dice:  

—No entres ahí, Mila. 

Paso pisando fuerte a su lado y respondo con urgencia:  

—No intentes detenerme esta vez, Max. Tengo que ver a Lauren, ahora. No me importa si está ocupada y escondida. Esta es una prioridad. Es importante.

E irrumpo en la oficina de Lauren. Ella se encuentra sentado detrás de su escritorio mirando a la nada. Me acerco y se pone de pie. A mitad de camino sonrío y le digo:  

—Hola, cariño.

Sus ojos se vuelven fríos y dice: 

—Lauren me ama, O. Ella me dará cualquier cosa que yo quiera. Sólo tengo que engancharla un poco más. 

Mi rostro palidece y mi corazón se aprieta. Ella ya ha escuchado el CD. Lo que significa que el tío Jerm se lo envió.  Empiezo. 

—Yo... 

Pero ella me interrumpe con un tranquilo: 

—Basta —Se ve herida. Nunca quise hacerle daño. Pensé que lo entendería, que entendería por qué que tenía que hacer esto. Continúa tan tranquilamente:  —Nunca pensé que fuera a ser uno de esas estúpidas. Pensé que hacía un buen trabajo protegiéndome de mujeres como tú —Hay un puño alrededor de mi corazón y aprieta fuertemente. Ella continúa:  —Pero tú... De verdad llegaste ahí. Con mi familia y mis amigos. Fuiste los ocho metros completos —Se ríe con acritud—. ¡¿Quién carajo envía dulcesa a alguien de la nada?! 

Yo lo hago.  Mi corazón se está rompiendo. Lauren  piensa que jugué con ella.  Trato de explicar. 

—Por favor, Lauren. Déjame exp...  

Ella me interrumpe con un duro: 

—No. 

Mi cara se frunce y empiezo a llorar. Hiperventilo, cubro mis mejillas con mis manos y grito: 

—¡Déjame explicártelo! 

Sacude la cabeza y yo gruño un desesperado:  

—Es sólo un malentendido, bebé. 

La cara de ella se endurece y susurra con saña: 

—No digas ni una puta palabra más —Mira Hacia abajo y dice: —Tú eras mi mundo. Mi todo. Realmente me engañaste. Todo era un juego para ti. Un trabajo. Nunca pensé que fuera a terminar con una mujer como tú. Te amaba. Nunca creí merecerte. Pero ahora que conozco el verdadero tú, no quiero saber nada de ti. Así que esto funciona bien. Otra lección aprendida. 

Siempre Tu (g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora