The only way to be free [Arcane] [Wattys2022]

➖ Capítulo cinco; Not alone anymore

— Quédate con nosotros, Lilo — dijo Vi con una pequeña sonrisa, apretando ligeramente el agarre de sus manos —. No tendrás que estar sola otra vez.

La chica se quedó estática ante su pedido. Nunca creyó que realmente estuviera sola; es más, nunca se había parado a pensarlo, ya que había alguien que siempre se mantuvo a su lado. Pero eso ellos no lo sabían y ella creía que era lo mejor, así que simplemente dejó el tema.

Le daba igual que ellos pensasen que ella siempre había estado aislada del mundo, sola. Lo que le importaba en ese momento era que esas personas la querían a su lado y que formara parte de su familia.

Lilo no era tonta: sabía que Vander para el cuarteto era como un padre, y él les trataba como si fueran realmente sus hijos. Formaban una relación tan hermosa que a la peliverde le daba miedo estropear.

— Quédate con nosotros — repitió Powder, abrazándola con fuerza por la cintura. Lilo la miró sin saber muy bien qué hacer. Giró su rostro a Vi, quien le sonreía divertida al ver cómo la chica se quedaba sin palabras cuando siempre tenía algo que decir.

— Pero... — murmuró Lilo mirando a Vander.

— ¡Oh, maldita sea, Lilo! — la voz fastidiada de Mylo la interrumpió, llamando la atención de esta. El chico se levantó del sofá, caminando hasta posarse frente a ella —. ¿Por qué dudas? ¡Llevas semanas aquí! Hasta yo me he acostumbrado a tus idioteces.

— ¿Ves? Incluso Mylo quieres que te quedes — dijo jocosa Vi, mirando al chico con burla.

— ¡Eso es mentira! — exclamó él, avergonzado. Se cruzó de brazos y apartó la mirada, como si estuviera enfadado, cosa que hizo reír a Lilo.

— No sabía que me tenías tanto cariño, Foxy — dijo la chica, relajándose un poco. Posó su mano libre en la cabeza de Powder, quien seguía abrazándola, mientras que con la otra apretaba la mano de Vi.

— ¡Claro que no! — exclamó con indignación el chico —. ¡Y deja de llamarme por ese estúpido apodo!

Todos rieron ante las palabras del chico, relajando el ambiente. Vander miró a la peliverde reírse mientras se metía con el chico. Eso era lo que él quería: ayudar a aquella chica a no estar sola.

Se lo debía a Nana.