The only way to be free [Arcane] [Wattys2022]

➖ Capítulo trece; Nana

Cayó al suelo por centésima vez. Su respiración entrecortada le dificultaba la entrada de oxígeno a su cuerpo, haciendo que su vista se tornase más nublada de lo que ya estaba. Apoyó una de sus temblorosas manos en el suelo, levantándose nuevamente. Intentó coger aire una vez de pie, apoyada en una pared. Tenía que llegar antes de desmayarse; no podía quedarse allí.

Su mente lo repetía una y otra vez: "si tú te vas, Powder y Ekko estarán solos".

Avanzó nuevamente con dificultad. Apenas podía moverse; sin embargo, que no sintiera todo el dolor que debía de estar sufriendo su cuerpo era lo que la mantenía de pie. No podía desmayarse por el dolor, porque no lo sentía; pero sí podría desangrarse y quedarse sin oxígeno.

Al reconocer el edificio que tanto estaba buscando, ignoró sus tropezones y corrió apoyada en la pared. No sabía ni cómo había sobrevivido a aquello, y tampoco le interesaba saberlo. Ella solo podía hacer una cosa en ese momento, y era llegar a ese edificio lo antes posible.

Nunca le dio miedo morir, es más, lo encontraba algo interesante, como lo que podría ser su última aventura. Seguramente la más liberadora de todas.

Pero en ese momento no podía permitirse hacerlo, porque ahora había alguien esperándola.

Personas a las que debía proteger.

¿Podría protegerlos después de que sus hermanos muriesen?

¿Después de que ella lo hiciese?

Obligó a su cuerpo subir una escalera que había en la pared de un callejón. Estuvo a punto de caerse muchas veces, pero su conciencia le gritaba que no lo hiciera; que solo eran unas estúpidas escaleras y ella había trepado edificios más grandes.

Tan pronto como llegó al tejado, se dejó caer por un gran agujero que había en el techo.

— Nana... Te necesito... — susurró con su voz entrecortada, antes de caer inconsciente.

— ¿Y por qué debo quedarme en mi cuarto? — preguntó con curiosidad una pequeña niña de pelo negro, balanceando sus piernas en el aire. Se encontraba sentada en una silla, viendo a su madre llorar en el marco de la puerta y a su padre acuclillado frente a ella.