The only way to be free [Arcane] [Wattys2022]

➖ Epílogo

Call me by your name

Había solo dos cosas que le sacaban de quicio a Vi: los del instituto privado Piltover, los cuales estaban calle arriba de su instituto, y ese sueño que no paraba de repetirse una y otra vez desde hacía tiempo. Lo peor era que, cuando se despertaba, siempre tenía un pequeño mal de estómago, como si su cuerpo mismo le dijese que pasaba algo. Pero nunca llegaba a recordar exactamente qué era lo que soñaba, pero estaba segura de que era lo mismo. Lo sabía porque siempre estaba esa extraña y cálida luz, pidiéndole algo.

Le irritaba mucho no saber porqué tenía ese tipo de sueños sin sentido que le dejaban mal cuerpo cada vez que se despertaba. Era como si le faltase algo y comenzaba a odiar ese sentimiento.

— ¡Vámonos ya, Vi! — exclamó su hermana pequeña, Powder, mientras entraba en el cuarto de la pelirrosa, la cual se estaba acabando de atar los zapatos —. Ekko me dijo que llegara pronto porque quiere enseñarme algo.

— Ekko es el chico que vino el otro día a casa verdad, ¿verdad? — preguntó curiosa ella, levantándose y cogiendo su mochila. Powder asintió mientras veía a su hermana caminar hacia ella para así ir hacia su escuela. Nada más salir de su casa, volvió a hablar: —. ¿Qué quiere enseñarte?

— ¡No lo sé! — exclamó molesta la peliazul mientras se cruzaba de brazos —. Siempre hace lo mismo: me dice que tiene algo increíble que enseñarme, y me deja con las ganas. Le odio.

— Claro que no le odias. Te gusta — sonrió Violet mientras despeinaba a su hermana, la cual tapó su cara, avergonzada.

— ¡Claro que no!

— Lo que tú digas — rio ella, viendo a lo lejos a sus dos amigos y vecinos, Mylo y Claggor, esperándolas en la esquina de siempre para caminar juntos en dirección a su escuela —. ¡Hey, idiotas!

Los dos pararon de hablar nada más escuchar aquella voz. Mylo la miró mal por aquel insulto, mientras que Claggor simplemente lo ignoró y las saludó. Se unieron como cada mañana y caminaron a un ritmo tranquilo hacia su escuela. O todo lo tranquilo que podía ser mientras Mylo, como siempre, se quejaba de los alumnos del instituto privado.

Para ellos aquello ya era normal: siempre habían sido rebajados por estos al ir al instituto público de la zona, por lo que, en cuanto tenían la oportunidad, les gustaba hablar de lo estúpidos que se veían en sus pulcros uniformes o de lo enfermamente educados y responsables que eran.

Los encontraban realmente repelentes.

Sobre todo cuando intentaban ser amables con los de la escuela pública, mientras les miraban por encima del hombro, siempre dando a entender que ellos eran mejores. Que algún día, los de la pública trabajarían para ellos.

Vi realmente les odiaba; le sacaban de quicio.

— ¡Apartaos! — un grito tras de ellos interrumpió los insultos de Mylo.