GOOD/EVIL MUNDO DE SOMBRAS ©

09

Silencio

Eso era lo que predominaba en la gran mansión de los Kim, después de varios días de haberse enterado quien era y de dónde provenía se alejó de casa. Namjoon junto a su esposa estaban preocupados, la vivienda estaba fría y aunque algunos no supieran de la presencia del demonio ellos sí.

Por otra parte NamGi observaba poco las sombras, su mirada siempre se iba a cualquier parte de alguna habitación, sala, incluso del comedor por si notaba sus hermosos ojos verdes; pero no. Él no estaba.

Por eso y sin comprender subió a la gran biblioteca donde seguramente estaría su padre leyendo cualquier cosa que le interesara, sus pasos eran rápidos quería saber que sucedía, que era lo que en su casa estaba y ella pudo sentirlo desde que tenía memoria. Aunque al principio aquella imagen del joven platinado la espantara, ahora solo le causaba curiosidad y quería saber más, mucho más.

Empujo las puertas y camino al pasillo de la letra T, allí había un pequeño lugar donde podías leer sin ser interrumpido, rodeado de libros y altas estanterías de madera. Una mesa circular junto a una silla de roble, y todo bajo una tenue luz. Mientras pasaba el pasillo visualizo unos zapatos pulidos y subiendo su mirada choco con la figura de su padre sentado buscando entre las viejas páginas de un libro.

—Padre— llamo, su corazón golpeaba su pecho de manera descontrolada—Necesito hablarte de algo importante.

–Como podrás observar en este momento estoy muy ocupado, NamGi— dijo pasando paginas mientras sus ojos oscuros leían con rapidez— podemos hablarlo en la cena junto a tu madre.

—Esto no puede esperar, estoy hablando de un asunto muy importante.

— ¿Qué tan importante como para interrumpirme mientras trabajo?— pregunto con voz dura.

—Taehyung.

Namjoon inmediatamente quito la mirada de las páginas amarillentas y la dirigió hasta su hija.

— ¿Qué sucede con él?

—Padre... sé que sonara una locura lo que te diré, un sanatorio probablemente sea donde acabe por tan delirios que tengo— camino pocos pasos aun con la mirada expectante de su padre— yo... vi a Taehyung comiendo...

—A un ser humano, si lo sé— respondió tranquilamente mientras la menor abría sus ojos en grande— para nosotros no es un secreto lo que es, no le témenos ni...

— ¿Lo sabias?— sus ojos e cristalizaron— ¿Sabías que... él no era humano?

—Es mi casa, el, mi hermano— hablo frunciendo el ceño— lo tengo que saber.

— ¡¿Y lo tuviste aquí y no me dijiste nada?!— grito, sus lágrimas salieron— ¡Sabias que Taehyung era... era eso y no pudiste decirme!

—NamGi, bájame la voz— advirtió levantándose— lo tenía que saber, porque fui yo quien lo traje, fui yo quien lo llamo, y fui yo quien le dio una buena vida.

—Padre... ¿Qué... es?

—Taehyung es un ser muy especial de esta familia, un hermano para mí y para Angelina. Todos estos años a vivido con nosotros, ha estado bien, jamás nos haría daño si es lo que piensas.

—Se estaba comiendo un ser humano...

—Porque es lo único que puede digerir, Taehyung... nena— la llamo acercándose y tomando ambas manos temblorosas—Taehyung no es de aquí, el no pertenece a nuestro mundo, pero, le di una segunda oportunidad y no quiero que la desperdicie. Quiero que viva lo que le arrebataron, quiero que sea feliz...

La chica dejaba que su padre la consolara aun sin entender que era aquel joven que siempre había admirado.

—Padre— dijo con voz fría— ¿Qué es Kim Taehyung?

—Un demonio.

...

El atardecer se acercaba mientras la dulce chica permanecía en la entrada del bosque, desde que su padre le había dicho la verdad de que era aquel joven salió de allí a pararse delante del único lugar al que tenía prohibido entrar por el mismo platinado. Sus manos estaban enfundadas en dos guantes satinados hasta los codos mientras trataba de pensar como entraría sin ser vista por los guardias que estaban a casi a tres metros.

Respiro profundo y suspiro antes de cometer aquella locura.

— ¡Kim Taehyung regresa aquí ahora mismo!— grito, el eco se hizo un sonido a la lejanía en cuanto aquella frase siguió.

Nada.

Iba a volver a gritar, pero el galope y el relinchar de unos cabellos llamaron la atención de la joven. Camino a paso rápido sin percatarse que unos ojos como gema la admiraban desde la oscuridad.

NamGi subió las pocas escaleras y se adentró a la casa, su sorpresa fue tanta al ver a su padre y su madre platicando cortésmente con la familia del odioso quien estaba sentado como cual rey y en su casa. Se adentró llamando la atención y reverencio caminando hasta su padre.

—Mi querida— dijo una mujer rubia de ojos azulados al igual que el inútil— me alegra verte, nuestro hijo ha estado emocionado desde que supo que vendríamos.

— ¿Ah... Si?— respondió incomoda.

—Sí, pues tenemos una propuesta para ambos— sonrió el padre— mi hijo está próximo a comercializar en otras tierras, nuestra fortuna crecerá y es momento que sus veinticinco comience a buscar una digna esposa quien de la imagen de la elegancia y la alta sociedad— NamGi apretó el hombro de su padre entendiendo todo.

— ¿Y me imagino que a eso se debe su visita?— pregunto Angelina mientras masajeaba la mano tensa de su esposo.

—Sí, querida— la mujer de ojos azules río— queremos que nuestro hijo despose a la tuya.

—Exacto, nuestro querido hijo tomara la mano de la tuya y nos darán hermosos nietos y buenas tierras...

—No— Namjoon hablo, por un momento Angelina pudo notar una luz rápida y brillante de color verde en sus ojos— no dejare que mi hija se despose, señor. NamGi ya está comprometida.

—Pues no me importa— hablo por primera vez el joven, no dejaría que le quitaran a la chica— ofrezco lo mejor por ella. La familia Kim subirá de categoría.

—Pues toma tu categoría y busca a otra a quien puedas ofrecérsela— NamGi hablo molesta, sus ojos brillaban en rabia— como dijo mi padre señor— escupió con molestia las palabras— no pretendo casarme, no ahora. Así que no me venga a pedir mi mano cuando usted ni me causa un mal sueño.

— ¿Cómo te atreves?— pregunto el chico con molestia— te casarás conmigo, haremos una familia y punto. Yo mando.

—Sobre mi cadáver.

—Eso lo veremos, cariño.