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Penúltimo 


Los estallidos se podían escuchar a kilómetros del pueblo, las personas lo tomaban como pequeños truenos que avecinaban una tormenta. Lo que no tenían en cuenta es que, en realidad aquellos estallidos que hacían eco eran las espadas de dos ángeles.

—Oh, Miguel ¡Te extrañe!— grito el príncipe Jungkook agitando su espada con una sonrisa divertida— ¿Cómo has estado durante estos milenios?

—No estoy de juegos, Azazel— hablo dejando alzadas sus dos alas blancas— sabes a que vine, se ha corrompido algo en la naturaleza y tú, los estas ayudando.

—La naturaleza se corrompió desde que la jodida Eva mordió la manzanita, mi querido Jimin— este frunció el ceño— ¿Qué? ¿No puedo llamarte por tu nombre humano?

—Teníamos un balance, tu saliste del infierno sin autorización— lo apunto, Jungkook solo sonrió—estas ayudando a un humano a traer un demonio sellado desde años atrás...

—Bla, bla... chisme viejo— bufo— no sabía que tenía que pedirle permiso a tu Dios, incluso a Luci... que bien sabes anda por aquí— Jimin se tensó— Oh, claro que lo sabias, eres el primero en sentir presencias así, por eso el jodido Seokjin vino por mí.

—Vuelve al infierno, Azazel.

—Devuélveme, Gabriel.

Ambos volvieron a sus choques de espadas mientras a unos metros Kim Namjoon cuidaba el cuerpo de su hermano, poco a poco Taehyung se iba funcionando mientras la luna roja resplandecía en su pálida piel. El joven moreno observaba con detenimiento como la piel de aquel joven abnegado, usado como contenedor cambiaba, como venas negras se alzaban en su cuerpo como bellos trazos a pincel.

Era sumamente precioso.

Pero, en su mente también estaba los nervios por su hija. Esta debía llegar hace unos minutos y no había rastro de ella, tampoco podía exaltarse, ya que Taehyung vivía en aquel proceso donde estaba completamente débil. El, era un simple humano si necesitaba defenderse contra aquel ángel que Jungkook mantenía a raya.

Debía darse prisa.

...

NamGi corría a través del bosque oscuro, perseguía sumamente asustada al hombre que llevaba a la pelirroja de la mano. El muy desgraciado escogió la ruta al bosque, obviamente a ella no le harían nada gracias a las órdenes de Taehyung pero, la pelirroja y aquel hombre no corrían con la misma suerte.

— ¡Corre niña!— gritaba George mientras esta chillaba, el hombre la había tomado por sorpresa y jalado de la muñeca hasta entrar aquel bosque.

— ¡Suélteme!— grito asustada, su vestido ya sucio por el lodo y pequeñas hojas— ¡Debe soltarme!

La pelirroja jalo fuerte haciéndolos caer a ambos, las ramas crujieron cuando cayeron entre esa tierra muerta y marchita, la respiración de la joven era completamente pesada e irregular. Aquel hombre se a llevaba sin mediar palabra y no quería soltarla, no comprendía que pasaba, no sabía absolutamente nada.

George miro hasta donde estaba la pelirroja y trato de alcanzarla, pero con conto con que NamGi lo empujara de vuelta al piso y tomara su mano invitándola a correr a la otra dirección.

— ¡Te sacrificaran!

Fue lo que oyó cuando comenzó a correr de la mano de la castaña, ¿Qué había querido decir con aquello?, no comprendía y, mucho menos lo haría en ese momento.

GOOD/EVIL MUNDO DE SOMBRAS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora