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Etapa final

Aquella mañana antes de la luna roja todos los pueblerinos de la zona estaban completamente asustados.

Aquel día no poseía ni un rayo de sol que les permitiera sentir el calor, las nubes estaban completamente grises y opacas impidiendo ver el azulado cielo. La brisa era más fuerte, el silbido del viento más silencioso y el ambiente más pesado.

En la iglesia muchos rezaban pidiéndole a su Dios que nada malo sucediera ese día, que los cubriera e iluminara para que nada tocara a su puerta o entrara en sus casas. Aunque, el padre no estuviera allí, se sentían protegidos por ser templo sagrado, y además contaban con las sabias palabras de George y Natalia.

En las primeas filas de la aquella iglesia se encontraba Héctor, ya había pasado un día de su supuesto exorcismo, sin embargo; aquella mañana se sentía completamente distinto, algo en su pecho pesaba, a veces no oía completamente lo que le decían y, sus ojos estaban completamente opacos carente de su brillo.

— ¿Estas bien?— pregunto su madre angustiada, el chico solo asintió.

No tenía ni ganas abrir la boca, estaba cansado y solo quería dormir, sin embargo ver tras el rabillo del ojo una figura negra en la esquina lo mantenía despierto. Se creía vigilado, sentía esos ojos verdes y voces en distintos tonos pidiéndole que corriera a su destino.

—Vayan con nuestro señor— George termino de hablar, sus ojos continuamente mientras lo hacía iban hasta el joven, pero este solo observaba el atar con sus manos en las rodillas. — ¿Cómo te encuentras el día de hoy, Héctor?— pregunto al acercarse.

Bien...

—Bien...

—Oh, me alegra tanto— George se sentó a su lado, Natalia hablaba con la madre del chico— sé que te sientes algo cansado, pronto te recuperaras los primeros días es así, por la cantidad de energía que absorbía de ti.

Agradece y sal de allí.

—Muchas gracias— susurro levantándose, el pecho le ardía— me siento cansado, debo retirarme.

—Se cómo te sientes, ve con nuestro señor y cuídate más de ahora en adelante.

El solo asintió y camino a paso perezoso hasta la salida. Su madre termino de agradecer y fue detrás de él, dejando a los esposo dentro.

— ¿Alguna novedad?— pregunto su mujer tomando sus manos.

—No, se ve cansado— suspiro mirando la entrada— es normal, no sabemos quién estaba poseyéndolo.

—Si lo sabemos, y debemos actuar como nos dijo Taemin— replico— ese demonio es muy fuerte, puede tomar el cuerpo de cualquier persona, el chico ya nos advirtió y sabemos su nombre.

—La luna de hoy nos perjudicaría, si es tan fuerte... temo que cobre fuerza hoy y nos termine matando— negó mirando ahora a su esposa— también está el tema del señor Kim, no creo el todo lo que él nos contó.

— ¡Claro que sí!— chillo molesta— date cuenta de las cosas, él nos contó la historia completa de ese hombre y su bruja mujer, tuvieron una niña y ella corre peligro en esa mansión.

—Natalia, piensa con la cabeza fría— la encaro— sé que le tomaste cariño a la chica, pero no puedes llegar de un momento a otro y decirles esas barbaridades de su propio padre y tratar de llevártela.

— ¡Pero entiende que corre un gran peligro con ese hombre!— ya molesta camino a la salida siendo perseguida por su esposo— estoy cansada de esperar, ese hombre le hará daño a su única hija.