Volteé y ahí estaba, parado detrás de mí, con una camisa de manga larga azul marino que intensificaba y obscurecía sus ojos en ese color, un pantalón negro y un ramo de flores blancas en la mano. Abrí la boca sorprendida con la intensión de decir algo pero no salió nada más que mis lágrimas que empezaron a correr una tras otra por mis mejillas.
¿Por qué jodidos estas llorando Diann?
Mamá se volteó también -¡Nathan!- exclamó sorprendida de verlo. Se puso de pie y lo saludó con un abrazo y un beso en la mejilla.
-Buenas tardes señora Lesser- saludó cortésmente Nathan.
Alli se puso de pie también y tomó a mi madre del brazo -¿Le gustaría ir a la capilla?- le propuso. Mamá aceptó inmediatamente y se fueron, dejándonos a Nathan y a mí solos.
Hundí mi rostro entre mi cabello tratando de controlar las lágrimas que se negaban a dejar de salir. Ya no sabía porque lloraba realmente, si porque era el aniversario de la muerte de papá, porque amaba a Nathan o por el hecho de que él estuviera ahí, en el cementerio, conmigo, en un día tan importante para mí.
Se sentó a mí lado y puso las flores que traía con las demás, enfrente de la lápida de papá. Estuvimos en silencio por varios minutos; después de respirar profundamente y controlar las lágrimas, me enderecé y hablé.
-¿Cómo supiste que estaba aquí?
Tenía que preguntarle pues yo era muy cerrada y con muy pocas personas hablaba de papá, ni siquiera Dylan que era mi amigo hacía ya bastante tiempo lo sabía, la única excepción era Alli y realmente no recordaba habérselo dicho a Nathan.
-En una ocasión me dijiste la fecha de... del fallecimiento de tu padre y pasé a tú casa pero no había nadie así que supuse que estabas aquí.
No recordaba haberle dicho algo acerca de papá, casi nunca sacaba ese tema; debió ser... no ni idea, no recuerdo ningún momento posible, pero sí creía haberlo hecho, con Nathan era muy abierta.
-Perdón- susurró volteando a verme, alcé una ceja confundida; -por no haberte dicho antes lo de Dyane. Cuando te vi por primera vez...
-No- lo corté, –no creo que sea el lugar apropiado para hablar de eso Nathan- mi voz era un susurro.
Tomó mis manos-. Sé que no es el mejor lugar pero es el único momento que me has dado para explicarte todo. Me has estado esquivando e ignorando toda la semana y no me has dejado hablar, decirte... explicarte mejor las cosas.
Sus ojos reflejaban angustia y desesperación que se notaba también en la rapidez con la que hablaba, como temiendo que me fuera a escapar sin dejarlo hablar. Lo cual era imposible ya que no estaba en mi silla de ruedas, pero bueno ese no es el punto.
-Perdóname por no haberte dado oportunidad antes, estaba muy consternada; pero te prometo que saliendo de aquí vamos a hablar, tengo muchas cosas que preguntarte y no puedo seguir torturándome con la incertidumbre.
Wow...
No sé de donde salió todo ese discurso, pero era la verdad. Quería hablar con él y aclarar las cosas pero no quería hacerlo en el cementerio muriéndome de frío y menos enfrente de la tumba de papá. Sé que podrá sonar estúpido, pero me daba pena de que el chico que me gustaba estuviera ahí, donde se supone descansa el cuerpo de mi padre.
-¿Lo prometes realmente?- preguntó inseguro.
-Lo prometo- asentí mirándolo directamente a los ojos.
-Está bien- concedió después de algunos segundos de haberlo pensado detenidamente examinando mi mirada.
Después de unos minutos de –súper- incómodo silencio, noté que el aire soplaba cada vez más fuerte y más frío, volteé a ver a Nathan y vi que apretaba los puños, tenía el vello del cuello erizado y se estremecía de repente. Sonreí para mis adentros. Claro que tenía frío, me había dado su chaqueta y aunque su camisa era gruesa, el viento era mucho.
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Love On Wheels: Amor en Ruedas
Teen Fiction¿Has visto esas películas donde la chica inteligente, menos popular, casi invisible se enamora del chico más guapo y terminan siendo la pareja del año? Supongo que sí, todos las hemos visto. Bueno, pues ese no es mi caso. Yo no era invisible, a dec...