Capítulo 17

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En este capítulo hay una escena del todo surrealista con la policía, por favor no me juzguen, me pareció divertido al imaginármelo. Espero que disfruten, este capítulo es el más largo hasta el momento y háganme saber que les parece la historia hasta ahora. Besos🥰

Aaron

Este juego me estaba por dejar sin pelotas de lo morados que los tenía desde el momento que la vi envuelta en esa trampa blanca que ella se empeñaba en decir que era vestido, para mi era un trozo de tela que me torturaría hasta el final de los tiempos.

—No nena, tu eres dinamita pura, y cuando el fuego se une a ella, solo puede ocurrir una cosa..

—Explotar— decimos al unísono sin despegar la mirada uno del otro

—Se me hace imposible estar a tu lado y no querer quemarme.

—Quemémonos de una vez— quita mi mano de la palanca de cambio y la lleva hacía aquel lugar que tantas ganas tenía de poseer.

Un solo roce de mis dedos sobre la fina tela del encaje que lo cubría me bastó para percibir lo mojada que estaba. Qué digo mojada ¡Era un maldito océano!

Su cadera comienza a balancearse y sus manos sostenían firmemente la mía entre sus piernas, aumentando la fricción. Sentir aquello estaba provocando que el botón de mis pantalones explotaría de un momento al otro. Aparco en una de las calles paralelas donde no llegaba la luz de las farolas, para darnos la privacidad que ese momento requería.

Llevo mi asiento atrás, lo máximo que me permitía antes de tomarla en brazos y sentarla sobre mi. Mi boca tomó la suya como si fuera lo único existente en este mundo. La poseo, la saboreó y la llevó al límite, tal como ella me llevaba a mi. Su boca se adueñaba de la mia y esos deliciosos gemidos que escapaba de ella estaban a punto de enloquecerme.

En este momento no podía quejarme del modelo de su vestido porque me facilitaba enormemente la tarea. Era simplemente bajarlo un poco y ya podría llenarme la boca con uno de sus enormes pechos, justo donde lo dejamos esta mañana, solo que esta vez no iba a detenerme así estuviera un media estación de policía tocando la ventanilla del coche.

Sentir como se ponían duros sus pesones dentro de mi boca y su tacto suave y caliente bajo mis dedos estaba por  matarme.

Sin poder esperar un segundo más rompo sus bragas con una desesperación animal y la obligo a apoyarse con sus codos sobre el volante que en esta posición quedaba a su espalda antes de ayudarla a apoyar sus pies en los bordes de mi asiento. Así solo necesitaba que alzara su pelvis y su entrepierna quedaría expuesta completamente para mi.

Su coño estaba justo a la altura de mi cara. No sabría como describirlo, pero si sé que me quedé embobado mirándolo fijamente, la boca se me hacía agua, literalmente.

Sin esperar más, me inclino hacía adelante hasta rosar sus labios exteriores con la nariz, ese aroma me hizo perder la cordura, y mi lengua tomando vida propia, sale a buscar ese platillo que tenía a su entera disposición. La deslicé por ella con una lentitud mortal, sentir su sabor en la punta de la lengua fue como si me hubiera pasado toda mi vida comiendo tofu y de buenas me pusieran un jugoso filete de carne ante mi.

Me lo comí con locura, mi boca chupaba, mi lengua lamía y mi cuerpo estaba muriendo entre tanto placer. No despegué los ojos de ella en todo el proceso, no me podía perder ese espectáculo que eran sus gestos de goce que expresaba su rostro. Su placer se había convertido en el mio.

Seguí torturandola de una manera infernal, haciéndole pagar por lo que me había hecho la noche anterior, quería que se deshiciera para mi. Así que dejándome llevar por la excitación di un leve mordisco para luego soplar entre sus labios, intensificando las sensaciones que estaba sintiendo. El agarre de su mano en mi pelo y sus gemidos cada vez más altos me hicieron saber que faltaba muy poco para hacerla venir.

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