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▬▬▬▬▬El instituto Hyosan High School era el lugar donde muchos chicos deseaban ir, su financiamiento era de parte de figuras públicas de suma importancia, daba la impresión de que sus estudiantes eran pulcros en todos los aspectos, pero el dinero mueve masas en este caso tapa su propia basura y se la lanza otros.
Los hijos de los que financiaban el instituto eran los que recibían más presión al tener que dar una imagen ejemplar tanto en su comportamiento como en su apariencia.
La joven Hwang Sun hee era parte de esos hijos reprimidos. Lo último que quería era continuar con su existencia a pesar de ser una de las más brillantes del instituto Hyosan High School no era para nada feliz, no poseía de muchos amigos solo sus conocidos compañeros con cuáles compartía palabras, su única compañía y amiga era Nam-ra con quien solía fumar después de clase, su cercanía era suficiente, ¿pero una vida así realmente es vida?, los días eran monótonos y aburridos necesitaba una motivación para vivir.
Y si la había encontrado o algo así, era demasiado brillante para las ciencias algo que la mantenía a raya, así que se había hecho muy cercana a el profesor Lee Byung-chan el cual le había confiado su "proyecto" incluso antes de sus inicios
Ella era su asistente y escribía su progreso, también solía a portar, pero era poco para eso. Pero un error causó que tuviera que inyectarse cada día, no era necesario pero si por precaución.
Sun hee se reverenció ante su maestro antes de entrar al aula, este también la saludo solo que se le veía algo nervioso/asustado.
Antes de hablarle se puso una bata que usaba en clase y al terminar decidió iniciar la conversación —Profesor Lee, traje lo que me pidió —mostró su cuaderno con algunas anotaciones importantes —pero no recibió respuesta alguna —¿qué sucede? —replicó la joven algo nerviosa, sabía que lo que hacían estaba mal, pero aun así los dos creían que hacían un bien.
—Tenemos problemas —este se hizo de lado y dejó ver a Hyeon-ju, eso paralizó a Sun hee —La rata la mordió—
—Carajo —expresó Sun hee quien tomó una bata que se usaban en clase para sí no manchar su uniforme -Debemos inyectarla con benzodiacepina, tal vez retrase la transformación o no sería interesante ver lo que le pasa.
—Primero te inyectarse, luego vemos que hacer con ella. —Sun Hee asintió y se preparó para la inyección, amarró su brazo sus venas se recalcaron para después ser inyectada por el maestro. —Listo, va bien tu progreso, ¿nadie ha sospechado de ti? —Sun-Hee negó con su cabeza afirmando que ni su propia madre sospechaba.
El líquido entró por su torrente sanguíneo mezclándose con su sangre, sintió como su cuerpo se estremeció, apretó sus puños ante la molestia del ardor que le causaba cada vez que hacía eso, su brazo estaba lleno de pinchaduras hechas por su maestro.
Los dos se encontraban en grandes aprietos, aun así continuarían hasta llegadas la noche que Hyeon-ju se puso más agresiva. La oscuridad de la escuela y los ruidos de su compañera daban un escenario tétrico.
Al ser tan tarde su madre llamó repetidamente a su teléfono lo cual la obligó ir de regreso a su casa. Pensó repetidamente en lo sucedido, si alguien se enterara de eso su vida se arruinaría o mejoraría era una gran incógnita.
La llegada del siguiente día hizo su rutina, su madre la dejó al instituto Hyosan High School en su lujoso auto. —Adiós amor, recuerda presta atención los exámenes se acercan debes...
—Debes ser la mejor... -Termino Sun hee la frase de su madre —Lo sé adiós —Esta simplemente continuó con su camino hasta encontrar a Nam-ra como de costumbre con sus míticos audífonos —¡Hola Nam-ra —dijo Sun-he al no obtener repuesta alguna volvió a saludar, esta vez quitando un audífono de su amiga —HOLA NAM-RA -dijo nuevamente, pero con fuerza.
—huhm, ¿has estudiado? —Fue lo primero que dijo, esto hizo que su amiga soltara una carcajada y casi cayera al suelo.
—Mamá me pone a estudiar tres horas al día, y aún no te superó —esta suspiro con frustración, ya que por años había intentado ser la primera en la clase cosa que claramente nunca hizo —Carajo que frustración, pero mira lo bueno... No, no hay nada bueno en esto.
Nam-ra soltó una carcajada al ver a su amiga tambalearse de un lado a otro haciendo comentarios sarcásticos e irónicos, todo esto hasta llegar a su clase donde Sun Hee saludo a la mayoría de sus compañeros. Al comienzo de la clase la profesora de español obtuvo los celulares de cada uno de los presentes, pero para suerte de la pelinegra ella tenía uno extra, la clase había comenzado.
—Aquí, "libre de" significa "que no está", ¿Quién quiere interpretar esto? —Hablo la profesora viendo a los alumnos, quienes se hacían los locos. —Sun Hee.
Ella que estaba dormida levanto su rostro algo asustada y pálida —mmm no sé —Fue lo único que dijo antes de escuchar las risas de sus compañeros
—No sé cómo eres una de las mejores, solo duermes, ¿presidenta? —
—La verdad es que todos tenemos prejuicios, todos tenemos preconceptos de otras personas —al terminar Sun-Hee alabó a su amiga como si fuera una madre orgullosa.
Sun-Hee terminó durmiéndose minutos después, luego de un rato sintió un empujón que se repitió varias veces esto la despertó, la clase había terminado, la profesora no dejaba preguntar por Hyeon-ju y si alguien la había visto, cosa que la puso algo tensa; —Si lo saben me avisan
Sun hee comenzaba a ver borroso tampoco pudo evitar sentir dolor en su brazo esto se volvió insoportable; —Profesora necesito ir al baño
—Claro —dijo sin más importancia
Sun hee se reverenció y salió de clase para ir hacia el baño, pero poco a poco comenzó a ver borroso. Se tambaleó de un lugar a otro; —mierda, mierda —Se repitió varias veces, hasta chocar con una persona poco agradable.
