1. Pesadillas

713 25 6
                                    

NOTA DE AUTOR: Este fanfic fue escrito en el 2010, ahora lo subo aquí para darle el final que no le di en su momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NOTA DE AUTOR: Este fanfic fue escrito en el 2010, ahora lo subo aquí para darle el final que no le di en su momento. 

Protagonista: Song Woo Bin

"El hombre tiene muchos sueños, la realidad sólo tiene pesadillas". Julio Ricardo Zuna

Estaba de pie ante el altar, a punto de dar el sí, cuando el incesante sonido de su móvil lo rescató de aquella terrible pesadilla. Woo Bin lanzó un profundo suspiro, aliviado de constatar que aún se hallaba en su departamento de soltero y sin un anillo en el dedo que coartara su libertad. Libertad que en los últimos meses empezaba a rayar en el libertinaje. Ya bastante lúcido, buscó a tientas su móvil. Sabía que lo había tirado en alguna parte, pero no podía recordar donde. Finalmente, y para su disgusto, recordó que lo había dejado en la repisa del fondo. Si tan solo dejara de sonar podría volver a dormir. Conciliar el sueño era algo que se le daba con facilidad, especialmente porque era lo que menos había hecho en los últimos días.

Dejó la cama con bastante pesar, solo para comprobar que la persona al otro lado de la línea era su padre. Estuvo tentado a silenciar su móvil; pero eso solo empeoraría las cosas. No podía huir de él para siempre. Pero, ¿qué podía decir? Padre, siento haber dormido con la esposa del inversionista norteamericano. No, de nada serviría pedir disculpas ahora. Por más vueltas que le diera al asunto, no sería fácil salir de ese embrollo. Ni siquiera podía negar lo sucedido cuando fue su propio padre quien los descubriera. Pero, que la mujer en cuestión fuera una ex conejita de playboy tenía que contar. Él estaba lejos de ser un santo, y ella era una verdadera belleza americana. Un plato distinto que degustar. ¡Ah! Pero no podía decirle algo así a su padre.

Se sentó en el borde de la cama, concentrado en la parpadeante luz de su móvil. Finalmente, y tras una breve cavilación, encontró el valor para contestar.

—¿Te he despertado? —escuchó el amable tono de su padre. Eso sí que era una sorpresa. Y lejos de tranquilizarle, acrecentó su temor.

—No tiene importancia. —Fue lo único que alcanzó a decir.

—Lo siento hijo, pero tu madre insistió en que te llamara temprano. Ha organizado una pequeña reunión, nada grande. Pero es muy importante que estés presente. Así que sea cual sea el plan que tengas para esta noche, cancélalo.

—La verdad, es que no tengo ningún plan. —Mintió.

—Tanto mejor. Entonces... en casa, a las seis, de etiqueta.

—¿Etiqueta?

—Si, etiqueta.

Woo Bin sintió una extraña opresión en el pecho. Tenía el presentimiento de que sus padres planeaban algo. Tanta amabilidad después de aquel incidente... Simplemente no era normal.

Encendió un cigarrillo, y se dirigió al balcón para exhalar la primera bocanada de humo. Este era un hábito adquirido en los últimos años, y que sus más cercanos amigos censuraban. Pero encargarse de la empresa familiar resultaba estresante. Primordialmente, porque su padre era un perfeccionista, y como tal, esperaba grandes cosas de él. Por eso estaba seguro que el incidente con la ex conejita no sería pasado por alto. La primera regla que le enseñara fue precisamente, no mezclar el placer con los negocios. Y en más de una ocasión, había hecho caso omiso de esa regla. Prefería seguir su propio criterio, hacer sus propias reglas.

El príncipe de la mafia/Boys Over FlowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora