25. Lo efímero

96 4 4
                                    

A veces lo efímero deja una huella eterna... Todo depende de su intensidad y no de su duración". Autor desconocido

Jan Di depositó un último ramo de flores en el que sería el último lugar de descanso de Jin Hee. Se suponía que aún faltaban algunas semanas para que entrara el invierno; pero apenas las flores tocaron la fría lápida, empezó a nevar, bañándola con perfectos cristales de nieve. Jan Di estiró la mano y atrapó uno que pronto se derritió al contacto. Así de efímera había sido la vida de Jin Hee. Morir cuando apenas empiezas a vivir... aquello no era justo.

Ga Eul lloraba desconsoladamente en el hombro de su esposo. Aun no podía creer que las cosas terminasen así, Jin Hee había crecido sin amor y justo cuando era feliz, le arrebatan la vida en una venganza sin sentido.

Yi Jeong, al igual que el resto de los F4, ocultaba su tristeza tras gafas oscuras. Woo Bin aún estaba en el hospital y aunque se suponía debía haber despertado, llevaba casi una semana en coma. Y era en él en quien pensaba. Temía el momento en que despertase, solo para encontrarse con la noticia de que Jin Hee no solo había muerto; sino que ya había sido sepultada... Aquella sería la peor prueba de toda su vida y no estaba seguro de que la soportase. Woo Bin era fuerte... pero perder a la mujer amada era demasiado.

Jae Kyung también ocultaba su tristeza bajo unas gafas oscuras; pero las lágrimas que corrían por su rostro, la hacían evidente. Jin Hee no merecía un final como ese, su destino debía haber sido distinto. Además, estaba preocupada por Seung Joong, desde que recibiera la noticia, no había derramado ni una sola lágrima y eso le preocupaba. Tenía la seguridad que en cualquier momento terminaría por desmoronarse. Ella sabía lo importante que había sido Jin Hee en su vida y quería estar a su lado cuando aquello ocurriese. Al menos Woo Bin tenía a sus padres, hermanas y amigos para apoyarlo; pero Seung Joong solo la tenía a ella.

Yun Seo limpiaba sus lágrimas mientras estas se deslizaban continuamente por su rostro. No podía dejar de llorar recordando la última llamada que recibiera de Jin Hee, estaba feliz por lo de su embarazo.

Esa era la parte más triste de todas, que no se había ido sola.

Ji Hu apretaba los labios queriendo contener el llanto, él había sido la última persona en hablar con ella. Aquella mañana la clínica estaba menos concurrida que de costumbre, así que no tuvo ningún inconveniente en atenderla sin una cita previa.

—Dime, ¿Qué te trae por acá? —preguntó después de charlar un rato, sabía que no se trataba de una visita de cortesía.

Jin Hee, quien estaba próxima a cumplir los diecinueve se veía cada vez más madura. Pero no solo lo era físicamente, sus vivencias del último año le habían hecho crecer a la fuerza. Mientras que otras chicas de su edad se sumaban a la vida nocturna e ingresaban a la universidad, ella había tenido que asumir la responsabilidad de un matrimonio con las altas y bajas que ello significaba. Ji Hu estaba seguro que no había en el mundo, una mujer más perfecta que ella para Song Woo Bin.

—Me da un poco de vergüenza decirlo —Jin Hee se mordió el labio inferior, mientras jugaba nerviosamente con la basta de su blusita.

—Entiendo —dijo Ji Hu con calma—. Pero recuerda que soy médico, así que no te preocupes, puedes hablar con toda confianza.

—Creo que mejor se lo escribiré. 

Describió su problema en unas cuantas palabras y le pasó el papel a Ji Hu. Cuando éste lo leyó, ella se sonrojó aún más. 

—¿Alguna otra cosa que quieras decirme? —continuó Ji Hu, manteniendo la serenidad—... ¿No sientes nauseas, mareos o vómitos?

Ella negó con la cabeza.

El príncipe de la mafia/Boys Over FlowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora