Capítulo 10

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El sábado seguía lloviendo. Con un ruido seco, Frankie abrió su paraguas del tamaño del Astrodome y el color del césped artificial y, a toda velocidad, se plantó bajo el aguacero. A pesar de la gruesa capa de F&F Aqua - la línea resistente al agua - que se había aplicado, la luz del día atravesaba el tejido del tono del licor de menta y arrojaba sobre su mano un resplandor verdoso.

<< ¡Ja! >>

Le habría encantado comentar la ironía con las chicas a bordo del Cadillac Escalade negro. Pero era imposible. Tenían que tomar a Frankie por una normi. Sus padres, que observaban desde la puerta, suponían un silencioso recordatorio de la circunstancia.

Se giró y agitó la mano.

- Hasta luego.

Viktor y Viveka le devolvieron el gesto; la preocupación tras los ojos de ambos entristecía las sonrisas de sus rostros.

- Que te diviertas en la biblioteca - dijo Viveka elevando la voz por encima de un trueno y ajustándose su chalina negra.

- Gracias - respondió Frankie, de cuyos dedos se escapó una pequeña chispa de electricidad que ascendió por la vara del paraguas. Era su primera mentira. Y la hizo sentirse peor de lo que había imaginado. Oscura. Estresada. Solitaria. Pero si sus padres se enteraban de que iba a un spa para normis con Blue, Lala y dos chicas electrizantes que había visto por el instituto pero que aún no conocía, Viktor y Viveka se habrían agobiado por la posibilidad de que la auténtica piel de su hija quedara al descubierto. Pero cuando Lala mencionó que los hijos llevan siglos mintiendo a sus padres, Frankie decidió probar. Al fin y al cabo, Vik y Viv querían que encajara entre las normis. Y si las normis mentían...

Blue sacó la cabeza por la ventanilla del auto. Los remolinos de cabello rubio que llevaba recogidos en lo alto de la cabeza hacían pensar en una porción de dulce de azúcar mezclado con mantequilla, y sus facciones angelicales estaban libres de maquillaje.

- Buenos días, señores- agitó una mano, dejando al descubierto un guante de piel púrpura que le llegaba al codo.

- Hola, Blue - respondieron ellos. De pronto, se mostraron aliviados.

Frankie sonrió. Daba la impresión de que sus padres conocían a todos los vecinos de la calle. Y ella misma no tardaría en conocerlos.

- A tus tíos les gustará esta lluvia, ¿no? - preguntó Viktor con un dejo de familiaridad.

- Les encanta- Blue abrió la boca y levantó la cara en dirección al cielo cubierto de nubes. Frankie envidiaba su libertad y ansiaba que llegara el día en que ella misma pudiera sentir la caricia de una gota de lluvia en su mejilla desnuda. Pero hasta entonces...

Se subió a toda prisa al todoterreno urbano para evitar que se le corriera el maquillaje y forcejeó para cerrar el paraguas sin empapar el suave cuero color canela del interior, que despedía el olor a ámbar de los vehículos de lujo.

- Guau - se colocó a los pies su bolsa de lona con la leyenda << EL VERDE ES EL NUEVO NEGRO >> -. Qué coche tan bonito.

- Gracias - Lala sonrió con los labios aferrados a la dentadura.

- Se lo compraron a BeyonJay - bromeó Blue.

- ¿No sería a Jay-B? - apuntó la desconocida morena sentada al lado de Frankie.

- Me gusta Jayoncé - añadió la chica que iba sentada junto a la ventanilla.

Todas se echaron a reír.

- Me llamo Frankie - sonrió y tuvo la precaución de no saludarlas con un apretón de manos.

- Cleo - dijo la chica sentada a su lado. Tenía ojos tristes, del color azul eléctrico de su camiseta de amplio escote y electrizantes mechas doradas en el pelo. Frankie se preguntó cómo era posible que una belleza tan exótica diera una imagen de tanto desconsuelo. ¿Cómo podía pasarte algo malo siendo así de guapa? ¿Acaso le apretaban demasiado los leggings a rayas con estampado de tigre? -. No sabía que los señores Stein tuvieran una hija.

Monster High - LISI HARRISONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora