El dedo de Melody osciló frente al timbre de la puerta. Pulsarlo significaba más que despertar a alguien. Significaba que había tomado partido.
Pulsó el timbre y dio un paso atrás. El corazón se le aceleró. No tenía miedo de la puerta que estaba a punto de abrirse, sino más bien de la que estaba a punto de cerrarse.
- ¿Quién es?
- Melody Carver. Soy amiga de...
- Entra – dijo la señora J. Vestida con una bata de chenilla, agarraba en la mano un pañuelo de papel hecho bola. Misó por encima del hombro de Melody y luego, rápidamente, cerró la puerta con un pasador de cadena. La parte posterior de su corta melena estaba recogida en una desaliñada coleta, y manchas de rímel le marcaban las mejillas como si fueran las de las pruebas de Rorschach. Sin sus contundentes gafas estilo Woody Allen, parecía una madre preocupada común y corriente.
Melody echó una ojeada al interior de la casa, tenuemente iluminada. Los muebles estilo funeraria se veían más destartalados de lo que recordaba. Como si la tristeza anidara en sus fibras polvorientas.
- ¿Está Jackson?
La señora J se llevó el pañuelo de papel a los labios y negó con la cabeza.
- Confiaba en que supieras dónde está. Ya debería haber vuelto a casa. Y con todo lo que... Estoy tranquila, nada más. Es complicado.
- Lo sé.
La señora J sonrió en agradecimiento a la cordialidad de Melody.
-No – Melody rozó la suave manga de chenilla de la bata -. Me refiero a que sé lo de Jackson.
- ¿Cómo dices? – la expresión de la mujer se endureció.
- Sé lo que le pasa cuando suda. Sé en qué se convierte y por qué.
Los ojos color avellana de la señora J se desplazaron de un lado a otro. Como si dudara entre golpear a Melody en la cabeza con un atizador de chimenea o echar a correr.
- ¿Cómo...? ¿Cómo te enteraste?
- Me lo contó – mintió Melody -. Pero no se preocupe – tomó de la mano a la madre de Jackson. Estaba helada -. No se lo diré a nadie. Vine para ayudar. Lo encontraré.
- Melody, no te das cuenta de lo que se pondrá en juego si se propaga el rumor sobre Jackson. Es más complicado de lo que piensas. Más complicado de lo que él mismo piensa. Mucha gente podría salir perjudicada.
- Le doy mi palabra – Melody colocó en alto la mano derecha, dispuesta a comprometerse. No porque estuviera enamorada de Jackson. Ni porque sus besos le hicieran cosquillas por dentro, como cuando se muerde un pastel de queso y chocolate. Sino porque encontrarlo implicaba salvarlo de sí mismo, y ese << sí mismo >> también era el mayor adversario de Melody. Por otra parte, la monstruo ladrona de novios era asunto de Bekka. Y si lo de << las amigas son lo primero >> era su auténtico credo, lo entendería.
Melody atravesó a toda velocidad la calle en tinieblas en busca de su bicicleta y una linterna. Pedirle a sus padres o a Candace que la llevaran en coche sería romper la confianza que la señora J le había depositado. Y no podía hacer eso. Ni lo haría. Encontrar a Jackson y llevarlo a casa sano y salvo sería su primer logro importante. Y no tendría nada que ver con la simetría, con el tamaño de la nariz ni con ser hermana de Candace. Aquella misión de rescate demostraría a Melody de qué estaba hecha. Y no lo que Beau podía hacer con ella.
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Monster High - LISI HARRISON
Teen FictionLO FREAK ES COOL Bienvenidos a MONSTER HIGH, donde lo monstruoso está a punto de ser Fabuloso.