The best gift

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Día 2: Pétalos y flores

La suave brisa primaveral corría por el aire, acompasando los cálidos rayos de sol que se vislumbraba en tal acogedor día. El clima estaba perfecto para salir a caminar o dar un paseo por el parque, cosa que Volkov se dió cuenta y aprovecho para salir con su pareja, llevándolo al parque Japonés de la ciudad. Y ahora mismo se encontraban ahí, siendo resguardados por la sombra de un árbol de sakura sin apartarse la vista. Horacio mantenía su cabeza en los muslos del mayor quién estaba apoyado en el tronco, repartiendole suaves caricias en el cabello. Ambos estaban en completo silencio, escuchando únicamente las hojas moverse tranquilamente por el aire y el canto de los pájaros, teniendo las mejores de las vistas frente suyo, la otra persona. El día de ayer finalmente había acabado la época de exámenes y tenían todo el tiempo del mundo disponible para sí mismos y su disfrute de la juventud, continuandola de la mejor manera.

Horacio esbozó una amplia sonrisa, extrañando al mayor quien a pesar de eso sonrió igualmente ¿Cómo no hacerlo al ver tal maravilla?

- ¿Qué pasa? - Preguntó con gracia el de zafiros. Y es que el menor tenía definitivamente una de las mejores vistas que había tenido en su vida. Su pareja estaba sonriendo mientras algunos rayos de sol se colaban por las ramas del árbol con rosadas flores, teniendo un segundo plano excelente que favorecía de maravilla al primero.

- Nada... simplemente veo lo lindo que eres - contestó con simpleza junto al brillo en sus ojos que siempre nacía cuando veía al mayor, y vaya, ahora se estaba sonrojando, sus vistas habían mejorado, ampliando la sonrisa aún más.

El ruso boqueo por unos segundos sin saber cómo responder a eso. A pesar de los meses que llevaban juntos, nunca se acostumbró a los piropos que le decía el moreno, respondiendo siempre con un - g-gracias. - El francés soltó una risita por la reacción, enderezandose lo suficiente para dejarle un piquito en los labios y volver a su posición, observando la boba sonrisa que mantenía su pareja junto su sonrojo.

- Me debes un regalo de mesniversario. - Comentó burlonamente el castaño, queriendo picar un poco al contrario.

- No es cierto, te traje a este lugar - Volkov sabía que no lo decía en serio, ambos sabían que el adverso nunca le debería nada, pero aún así le siguió el juego.

- No cuenta.

- ¿No? Pues tú también me lo debes, hoy no me diste nada.

- Es mentira - guardó silencio unos segundos, pensando de que manera se excusaría - te estoy dando mi amor, eso es mucho.

- Yo te estoy dando mi amor también, estamos a mano.

- Bien.

- Bien.

El silencio volvió a reinar por unos segundos, siendo roto prontamente por las risas de ambos chicos quienes estaban únicamente en su burbuja de amor, ignorando completamente al mundo que los rodea y a la gente que sonreía al notar la complicidad que ambos tenían.

Ambos se calmaron a los segundos, observandose nuevamente como llevaban haciendo todo el día. Con la única diferencia de que esta vez el ruso se inclinó para dejarle un delicado beso en los labios, junto con otro más en la frente. Horacio no podía estar más enamorado, y es que el chico que tenía frente a él era mucho más de lo que pensaba merecer, ocasionando que aquellas mariposas siguieran apareciendo con la sola presencia del mayor a pesar de los meses que llevaban juntos, y sabía que no desaparecerían en mucho tiempo, esperaba que nunca.

Volkacio Loving MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora