Somebody else

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Día 19: Alguien más

Las últimas semanas del trabajo habían sido agotadoras, al parecer todos los delincuentes se habían puesto de acuerdo para asaltar toda tienda y banco existente durante varios días. Los robos a vehículos y allanamientos de morada habían aumentado en consideración sin contar los cien informes que debió redactar y los mil que debió revisar y firmar. El ruso estaba completamente agotado y lamentaba no tener tiempo para pasarlo con su esposo, ya que su jornada empezaba antes que la suya y acababa después, ocasionando que al llegar a su hogar el menor ya esté en un profundo sueño, tanto en el sofá como en la cama. Pero a pesar de eso no dejó de demostrarle su amor con pequeños detalles o durante algunos patrullajes en los que se encontraban completamente a solas; le dejaba notitas en su escritorio junto a su café con leche o le mandaba constantes mensajes en dónde le recordaba que lo amaba.

Un suspiro de alivio salió de sus labios cuando finalmente obtuvo la noticia de que ya podía acomodar su horario como quisiera y no debía seguir con la jornada completa obligatoria. Pero su alivio no duró mucho. Se encontraba caminando por los pasillos de la sede cuando al pasar por al frente de los baños escuchó a dos personas hablando, lo hubiera ignorado completamente de no haber sido por dos razones; primero una de las personas era H, y sí, no invadiría su privacidad pero ahí entraba la segunda razón, el lazo, gracias a este podía sentir sus emociones, mismas las cuáles no denotaban especial alegría y entusiasmo. Por lo que en búsqueda de alguna pista del por qué su omega se encontraba angustiado o estresado estos días, se quedó escuchando.

— Lo entiendo pero….no lo sé, estos días ha estado un poco distante y….

— Ya, pero H eso no es excusa, debes de decirle, es algo importante y que afectará en su relación. — Consiguió identificar a la otra persona como Blake. Empezando a sentirse extraño por las cosas que hasta ahora sabía ¿Su relación estaba involucrada en el malestar de su pareja? Sin comprender del todo siguió escuchando, cosa que se arrepentiría luego de unos segundos, oyendo algo que tal vez, muy seguramente, le hubiera gustado enterarse de otra manera.

— Es que no es tan fácil Blake, siento que lo voy a arruinar todo, no puedo simplemente llegar y decirle "Oh sí, mira Vik, ahora hay alguien más" — Luego de eso dejó de escuchar, todo a su alrededor se ralentizó y las voces que antes sentía claramente ahora se escuchaban tal como si él estuviera bajo el agua. Un fuerte dolor en su pecho apareció, sintiendo la creciente asfixia generada por el nudo en su garganta. No podía ser cierto, él no era capaz de engañarlo ¿Verdad? Había estado ausente durante un plazo de tiempo pero no creía que había descuidado su relación lo suficiente como para….como para que buscara amor en otro lado. Empezó a caminar nuevamente, no sabía hacia dónde, tal vez a su oficina y trabajar hasta el cansancio, o tal vez podría salir de servicio excusándose diciendo que no se sentía bien, al final no estaría mintiendo por completo. Aquella alianza dorada apareció en su campo de visión, recordó ese día, cuando prometieron amarse para siempre y estar al lado del otro sin importar qué. Ese día fue el mejor de su vida, su pareja estaba más radiante que nunca y la boba sonrisa que llevaba no podía ser apartada por nada del mundo, el primer baile de la noche en la que juraba vió su amor y vida entera en los ojos del contrario, en dónde sintió sus corazones latir en sintonía brillantes de su creciente amor. La opresión en su pecho se hizo mayor y su vista se nubló levemente; todo eso desapareció en sólo un segundo ¿Y por qué? No entendía qué había hecho mal ¿Él no era suficiente? ¿Ya no le brindaba el amor necesario? No podía comprender su engaño y eso le dolía aún más, no sabía qué podía tener esa otra persona que él no le podía dar; y no es que él fuera perfecto, tenía muchos defectos y lo sabía, pero se suponía que Horacio le amaba de la manera que era, con cosas malas y buenas; si había algo que le molestara se lo solía decir y hacía su mayor esfuerzo para mejorar tanto para si mismo como para el menor. Se sentía traicionado, dolido y angustiado, y lo único que quería hacer ahora era beber e intentar olvidar por completo lo que había escuchado. Ya no quería sentir el dolor en su pecho que ardía mucho más que cualquier bala recibida o acuchillada obtenida; nunca antes había sentido este dolor y sabía que no quería volver a vivirlo nunca más.

Volkacio Loving MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora