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Aquella mañana de sábado Eren había despertado bastante temprano, los rayos del sol se colaban entre las cortinas que estaban en la ventana

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Aquella mañana de sábado Eren había despertado bastante temprano, los rayos del sol se colaban entre las cortinas que estaban en la ventana.

Al principio había olvidado el porqué se encontraba en la habitación de _____, hasta que recordó como la noche anterior habían tenido una especie de "cita" en la sala de la chica.

Había sido una tarde muy divertida en la que jugaron videojuegos y vieron un par de películas, todo había terminado en una sesión de besos nocturnos en la cama de la chica, sin otras intensiones más que demostrarse el cariño que ambos se sentían.

Eren ahora acariciaba la mejilla de la pelinegra, ella se encontraba acostada sobre el pecho del chico aún dormida.

Aún para Eren era una locura el pensar como habían pasado a aquello cuando hacía unos meses ella le repetía que no tendrían una relación más que sexual.

Después de todo el último mes había pasado entre citas disfrazadas, de salidas normales, de noches, de tener relaciones sin necesidad de una cámara apuntada a ellos y más que nada muestras de cariño a cada momento.

Era extraño para ambos, pero disfrutaban de aquella relación sin título.

—Si sigues acariciándome así, no me darán ganas de levantarme —Murmuro adormilada la chica mientras comenzaba a abrir los ojos.

—Es que justo no quiero que lo hagas —Eren soltó una risita a lo cual la contraria rodó los ojos.

—Tengo trabajo, Eren —Hablo _____, su mano tomando la del chico para empezar a jugar con sus dedos.

—¿No puedes faltar? Quería que fuéramos hoy con los chicos a los bolos —La pelinegra negó a la vez que levantaba la cara conectando su mirada con la del mayor.

—Tenemos varios encargos para hoy, otro día puedo ir con ustedes. Tú deberías de ir con ellos —Eren tomo la mejilla de la chica acariciando está.

El castaño no respondió y acercó su rostro al de la pelinegra besando con lentitud sus labios.

Al separarse la pelinegra soltó una risa.

—Debemos lavarnos los dientes antes de eso, Eren —El mencionado también rio un poco, volviendo a besarla sin importarle que se estuviera quejando.

Tal vez ambos se estaban acostumbrando demás a aquellas muestras de cariño.

Tal vez ambos se estaban acostumbrando demás a aquellas muestras de cariño

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Record || Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora