Capítulo 9

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_ ¿Sabes qué les pasa a las mucamitas traviesas? Son castigadas -dijo con tono burlón el Sr. Ferguson-

Yo mire a Zack, quien asintió. ¿Qué carajos significa eso? ¿Qué me va a castigar, que le haga caso? Me quedo quieta, esperando algo ya que respuestas inteligentes no me quedan.

_ Vamos -el bigotudo bajó a Zack, aunque sólo lo estaba sosteniendo ya que ambos son casi de la misma estatura-

_ No -digo con algo de coraje pero mirando el suelo. Espero lo peor cerrando los ojos-

_ ¿Cómo? -se nota enojo en su voz, creo que odia que no lo obedezcan-

_ Q-Que no -y tenía que pasar. Usualmente paso de Soy-súper-segura a tartamudeo-como-estúpida-

_ Ya verás que sí -sale con Zack siguiéndolo y cierra la puerta con llave- ¡No comerás hasta que te dignes a recibir tu merecido castigo!

_ ¡No me importa! -le saco la lengua a la puerta-

_ Te estoy viendo por la mirilla -Oh mierda. Tranquilamente me pueden ver por la mirilla mientras me cambio-

Le doy la espalda a la puerta y oigo pasos alejarse. Me desplomo de cara en la cama, que no tiene sábanas. Es solo un colchón sobre unas patas de madera. Viviré pobre y tratada como basura en una casa de gente rica, que irónico. Me doy vuelta para ver el resquebrajado techo, del cual penden unos cables para una lámpara, supongo. No veo mucho ya que la noche está cerca y hoy es luna nueva. Mis ojos se nublan y humedecen hasta que largo un gritito ahogado y rompo en llanto. Un golpe suena a mi lado, como si estuvieran clavando algo en la otra habitación.

_ Cállate, intento leer -escucho a Zack decir-

_ ¿Duermes en la habitación de al lado? -digo con mi cara cerca de la pared amarillenta-

_ No, me quedé atrapado dentro de la pared -ríe con sarcasmo- Sí, soy tu vecino

_ Tú…tú no deberías hablar conmigo -sugiero-

_ Ah, sí, sí, mi padre

_ Porque después me castigan a mí, no a ti

_ ¿Cómo sabes? Él me mando a leer éste libro de…Agh, ni me importa

_ ¿Sabes qué me hará?

_ Lo mismo que a mi madre -suspira-

_ Ah…yo-o lo siento -tartamudeo. Ta-ra-da-

No me responde más y me tiro en la cama, no hay más luz disponible y no hay nada que hacer en una habitación oscura. Tendré veinte años pero aún le temo a la oscuridad y esas cosas. Me acurruco con mi misma y muy lentamente voy quedando dormida.

_-_-_-_-_-_-_-_-_

Me despierto con bombos y platillos (sentido literal). Parece que hay una orquesta afuera, y eso es porque la hay.

_ ¡Levántate! -oigo a alguien gritar por debajo de todo el ruido-

_ ¡Ya voy, Dios callen eso! -grito-

De la nada todo el ruido para y se abre mi puerta. Oh sorpresa, el Sr. Ferguson con unos platillos en la mano y Zack con un tambor colgado del cuello. Que bonita manera de despertar a alguien. Frunzo el ceño hacia Zack, esperando explicaciones luego.

_ Vístete y baja, tienes que preparar el desayuno y te aclarare algunas cosas cuando vuelva de trabajar -dice el Sr. Ferguson, a partir de ahora Sr. Babosa. ¿Por qué? Porque descubrí que escupe cuando habla. Ew-

Asiento con cara de resignación y les cierro la puerta en la cara. Me pongo cualquier cosa, ya que no me voy a vestir linda para un acosador semi-secuestrador y su hijo. Simple, un jean, una camiseta y zapatillas viejas. Abro y refunfuño al ver a Zack.

_ Mi padre se cansó de esperarte y se fue. Tendrás castigo doble -susurra-

_ Sí, como sea. Tengo hambre -hago puchero, Zack es de mi misma edad se supone que debe apiadarse-

_ No estamos solos, no te puedo dar comida -susurra. Me muero de hambre y él tiene una barra de cereal que asoma por su pantalón-

_ Pero…te odio -me doy media vuelta para entrar a la habitación pero me detiene-

_ ¿Adónde vas? Tienes trabajo -levanta las cejas esperando mi respuesta inteligente-

_ Cómo sea, ¿Qué debo hacer?

_ Preparar el desayuno -señala su estómago. Juro y rejuro que el día en el que consiga un cuchillo, no…no un cuchillo, mejor una sierra. El día que consiga una sierra voy a cortarle el pie y se lo voy a coser en la mano así cada vez que quiera tocarse la cara tendrá que patear su maldito rostro-

_ Sí claro, con gusto - ruedo los ojos pero el aprieta más mi brazo-

_ Me prepararás el desayuno si no quieres tres castigos en un día porque te aseguro que te dejaré sin ganas de desobedecer otra puta vez en tu corta vida.

_ Oye, ¿Cuántos años crees que tengo?

_ Eh… ¿dieciséis?

_ Veinte, tarado, vein-te -me paro de puntitas- Soy petiza pero no soy una niñita

_ Veintidós -golpea su pecho victorioso- Niñita

Me muerdo los labios para no matarlo, pero sin embargo las ganas se me escapan y le doy un golpecito en el hombro. Bajo las escaleras rápido, haciendo mucho ruido. Y lo hago para encontrarme  con un chico pelirrojo, lleno de pecas y con ojos marrones muy oscuros. Saludo con la mano al pasar pero él se me acerca y me acorrala contra la pared. Valla, padre secuestrador e hijo con amigos violadores. Kansas está demente. Intento empujarlo pero agarra mis brazos y los pone a mis costados. Entorno los ojos y le muerdo la nariz, fuerte. Llámenme loca perruna o lo que quieran pero este tipo me da miedo. ¡Ja! Le sangra la nariz y…Ew ew tengo sangre en mi boca. Escupo el suelo y me doy vuelta, viendo a un Zack enojadísimo.

~.~.~.~.~.~.~.~.~.

Hola, hello, salut y lo que sea!

Se que nadie me extraña peeeero en fin yo seguiré escribiendo. Número uno gracias a los 80 votos aunque se por mis notificaciones que algun@s solo votan sin leer -_-

Sagradas sean las chispas de chocolate! 500 vistos *bailecito*

Bye Bye sigan leyendo

CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora