_No hay de que asustarse, pequeña -pequeña tu cosa, pienso- Hey, tú -me señala- la fusta es por si no te comportas
¿Y éste qué se cree? ¿Qué soy, un caballo? Asiento despacio y con mi mejor mala cara. Él entorna los ojos y hace un ademán de agarrar la fusta.
_ ¡Robert! Aún no la castigues, que no ha hecho nada la pobre -suspiro aliviada-
Robert se cruza de brazos resignado. Entra a la bodega, enciende un foquito que cuelga desde el techo y se acuclilla delante de mí.
_ Ahora te voy a sacar, ratita, me vas a obedecer o te voy a pegar -mueve la cabeza como pensando- O podría sedarte.
¿Ratita? No sé qué quiso decir con eso pero no estoy para pensar porqués... ¡Ésta gente me puede matar! Asiento levemente y giro al tiempo que me lo ordena. Abre la puerta de la jaulita, me ata las muñecas con la soga y me amordaza con el pañuelo. Respiro entrecortadamente pero no grito, porque eso es lo que se supone que el tipo no quiere. No arriesgaré mi vida. Robert tira de mí afuera de la jaula y luego fuera de la bodega.
Busco desesperada a Leandro. Puedo verlo siendo cargado por el otro supuesto policía, sobre sus hombros. No se resiste, está llorando. No sé qué será de nosotros, ojalá que pasemos juntos por esto ya que no quiero estar sola ni que él esté solo. Lo suben a una camioneta 4x4 negra y se lo llevan...lejos.
_ Camina -ordena, obviamente brusco, Robert-
_ Ya verán, mi familia iniciará una investigación, la policía vendrá por ustedes -digo mientras camino-
_ No, no -ríe- No hay pistas de que hayas pisado Bombay, niña. Y tenemos todas tu pertenencias, a ver dime ¿De dónde sacará la policía huellas dactilares o cámaras de seguridad? Hemos hackeado todo
_ Ah...eh...-me quedo sin respuestas inteligentes o algo que decir- ¿Qué será de mí?
Robert me abre la puerta de un Camaro amarillo y negro, idéntico al de Transformers. Genial, gente rica.
_ Entra -me da un empujoncito y bajo la cabeza, sentándome en el cómodo tapizado- Serás mucama, de esas que limpian, cocinan y planchan en las casas, ¿Sabes? Creo que no te harán daño -cierra la puerta-
Es raro, en ningún momento se me ha ocurrido escapar, o al menos crear un plan para hacerlo después. Quizá soy masoquista o estoy en shock, me sorprende pero lo que acaba de decir Robert me tranquilizó. Trato de tomármelo como o una pesadilla. No me pasará nada, yo siento que la policía sí va a rescatarme. Robert conduce por una larga autopista hacia las afueras de... ¡Santas alcachofas! ¡Estoy en Kansas! Una acidez me revuelve el estómago: de Londres a Bombay y de Bombay a Kansas. No, no, no, la policía no me va a encontrar jamás y voy a envejecer aquí como la cenicienta.
_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-
Llevo algunos minutos dentro del auto desde que hemos entrado a un pintoresco y gran barrio privado, llamado «Seaside Farms». Lo cual no tiene sentido ya que «seaside» significa «orilla del mar» o algo así. Y estamos, literalmente, en medio de un campo bien verde de unas cuantas hectáreas, poblado con perfectas casas-mansiones perfectamente alineadas. Robert charla con un hombre alto y de bigote en el umbral de la puerta, que dicho sea de paso es grande también. La casa es amarillenta con tejas rojas y unos ventanales inmensos que aprovechan toda la luz del sol.
El tipo bigotudo le estrecha la mano a Robert y ambos caminan hacia el auto. Y dentro del auto estoy yo, la pobre yo. Robert abre la puerta y hace una seña para que salga, dudo en obedecer pero salgo de un salto.
_ Así que esta es mi nueva adquisición -dice el bigotudo. ¿Adquisición? Estas personas me tratan como si fuera una cosa-
_ Sí, su nombre es...-me mira expectante Robert mientras habla-
_ Soy Sina -digo tímida pero a la vez enojada-
_ Hm -se peina el bigote con la mano- Soy el Sr.Ferguson. Tendré que enseñarte modales si vas a ser la mujer de la casa -Espera... ¿¡Qué!?-
_ Oh, de seguro no será difícil -ríe Robert y me aprieta un poco mi flácido brazo- ¿Ves? Es delgadita y fácil de manejar -Genial, ahora me tratan de auto-
_ Sígueme -me ordena el Sr... ¿Ferguasón?- Te mostraré la casa, las reglas, las actividades y a mi hijo -hijo...súper-
Asiento y lo sigo, no sin antes agarrar mi valija que me da Robert. Siento una chispa de esperanza, ya que en mi valija está (o estaba) mi Notebook. Me quedo totalmente boquiabierta ante la vista de un chico más o menos de mi edad, pelo castaño y ojos celestes.
_ Hola -ríe un poco el chico sexy-
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Cautiva
Teen FictionSina Parker, una joven de veinte años siempre ha querido viajar a India. Finalmente, el día de su cumpleaños sus padres le regalan un pasaje hacia aquel soñado lugar. La joven parte, pero lo que no sabe es que India es peligrosa. En el pleno viaje l...