Capítulo 17

122 23 6
                                    

Chels me ignora completamente, caminando delante de mí tensa y con la vista clavada en el frente. Ni me gasto en saludarla, parece tan fría. Un impulso salido de la nada me hace agarrarla del brazo.

_ ¿Qué haces? -me dice bruscamente, pero yo en respuesta la siento en el sofá a mi lado-

_ Dime qué es todo esto

_ Esto engloba a muchas cosas -me desafía y clavo mis uñas en su carne...solo un poco-

_ Ja ja -digo sarcástica- ¿Por qué te pareces tanto a mí?

_ Oye, no eres el centro del mundo egocéntrica

_ ¡No me llames egocéntrica!

_ ¡Déjame!

_ ¡No grites!

_ ¡No grites tú!

_ ¡Ahg!

_ ¡Ahg, me hartas!

_ ¡Eres una falsa! -le escupo, no en sentido literal-

_ ¿Por qué? -me sigue gritando-

_ Fuiste al hospital toda linda y ahora eres una fría

_ ¿Te creíste eso? Por Dios, solo lo hago para Zack

_ De todos modos... ¿No crees que nos parecemos demasiado? -hago énfasis en demasiado-

_ No -vuelve la fría Chels, quien se levanta y se va-

_ No me dejes con las palabras en la boca -esta chica me fastidia, y la sigo, por supuesto-

_ ¡Ya déjame!

_ ¡Ya respóndeme! -gritamos, muy muy fuerte-

_ ¿¡ES NECESARIO QUE SE GRITEN ASÍ!? -Robert sale de su despacho de la tortura secuestraria o lo que sea-

_ ¡SÍ! -decimos a coro Chels y yo. Wow, esto es raro-

_ Yo...eh...cállense -dice Robert luego de una pausa, algo melancólico creo-

_ Lo siento -susurro-

_ Hija, entra -dice Robert y yo, naturalmente, me voy. Chels entra al despacho-

No puedo con mis impulsos y pego la oreja a la puerta, con sed de chismes. Incluso acá, secuestrada, una necesita algo de qué charlar...consigo misma.  Al rato empiezo a oír voces.

_ No debes decirle nada -dice Robert-

_ Ay, papá, ella casi me saca un brazo -se defiende Chels. Perra-

_ No exageres

_ ¿Y qué pasa si algún día se me escapa?

_ Pues tendremos que dejarla ir con su familia -suspira-

_ Eso espero, es insoportable

Dicen algo más que no entiendo y salgo corriendo al living. Y tal mi suerte que ¿Quién entra? Zack, el mismísimo Zack Ferguson. ¿Acaso esta casa es comunitaria? Él ni me saluda, ni nota mi presencia. Pasa como un rayo de luz hacia el despacho de Robert. Bien oreja, prepárate y afínate. Uso el típico truco del vaso de vidrio (que funciona) y sigo escuchando conversaciones ajenas.

_ ¡Zack! ¿Pasó algo? -lo recibe amablemente Robert-

_ Hola, Zack -se nota el destello felino en la voz de Chels-

_ Sí, mi padre decidió hacer unos arreglos a que se yo qué en la casa y me envió aquí -Zack suspira-

_ Llegas justo a tiempo para charlar -Robert abre la puerta del despacho, me ve, y frunce el ceño- Chels, afuera

CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora