Capítulo 22

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Frunzo el ceño y me levanto con las manos en la cintura. Él ríe y pateo el suelo. Atrevido, Zack sólo se digna a responder

_ ¿Modelas para mí? -asiente- Me gusta

_ ¿¡Qué!? -me siento de vuelta- ¡No!

_ Vamos...Acepta mi trato -me guiña un ojo. No debo...yo...soy débil ante sus encantos-

_ Sólo es un juego -me encojo de hombros- ¿Tanto te importa?

_ El juego realmente en sí no es lo que me importa -me guiña un ojo. ¿Por qué tiene que ser tan él?-

_ Me... -dudo si decirlo o no- ¿Me tratas de prostituta de Monopoly? Ni siquiera es dinero real -justifico-

_ ¿Eso importa? Si necesitas te doy dinero real -levanta las cejas. Maldito...sexy-

_ ¡No soy prostituta! -chillo-  ¿O me ves ropa de prostituta?

_ Pagaría por verte en esa ropa -ríe. Y lo hace porque sabe que me fastidia muchísimo-

_ ¡Te odio! Eres un maldito egoísta, no importa lo que yo pienso

_ Besar a alguien por dinero no es ser prostituta -me aclara, como si no lo supiera- Besar a alguien por dinero es hacer un buen trato

_ No es un buen trato si no eres pobre -le saco la lengua-

_ Básicamente, estas aquí de manera clandestina y sin dinero

_ Charlotte y...mi padre me mantienen -digo, cambiando 'Robert' por 'mi padre'. No me gusta, pero debo llamar a las cosas por lo que son-

_ Ey...sólo dije un beso. A menos que quieras algo más -Mi mano derecha se dirige como flecha a su cabeza, pero él la agarra y me besa los nudillos-

_ ¡Estúpido! -levanto unas cartas y se las tiro en la cara- ¡Tarado!

_ Esta bien, lo siento, lo siento. Ya te pago -me da lo que debe darme y seguimos jugando en silencio-

Pero apenas pasan tres segundos que una voz conocida ríe. Chels, maldita hermana mía. No hay palabras para describir lo mucho que te desprecio
_ Con que seduciendo, Zack -se sienta a su lado-

_ Yo...-él se rasca la nuca. Uh,¿nervioso, Ferguson?-

_ ¿Y si me estaba seduciendo, cuál es tu problema? -le digo, indignada-

_ ¿Tienes algún problema de que yo tenga un problema? -se levanta y lo hago después-

_ ¿Algún problema de que yo tenga un problema si tú tienes un problema?
_ No tengo ningún problema si tú crees que yo tengo un problema con que tengas un problema

_ Chicas...-Zack nos separa- Cálmense, son hermanas

_ No me importa -decimos al mismo tiempo Chels y yo-

_ Tienen que ser amigas -pone un brazo sobre los hombros de cada una-

_ Nunca -bufo-

_ Jamás -bufa Chels y se va-
Zack rueda esos ojos perfectos y lo fulmino con la mirada

_ Volvamos al juego -digo y me siento, de brazos cruzados-

Pasamos horas y horas jugando, pues realmente amamos este juego. Al final, cuando ya está atardeciendo y el cielo se torna de un naranja otoñal, me gana. ¡A mí!

_ ¿Has pensado acerca del trato? -Zack insiste-

_ Ya acabamos el juego y perdí. Tema muerto

_ Vamos...yo sé que quieres un beso mío. Donde hubo fuego, chispas quedan
_ ¡Nunca hubo fuego! -me paro- Y además, es: donde hubo fuego, cenizas quedan
_ Tú misma lo has dicho
_ ¡Me sacas de quicio! -empiezo a caminar hacia la casa pero me agarra de la pantorrilla-

_ ¿Qué? -bufo y me giro, sacuediendo la pierna así me suelta-

_ Se te nota en los ojos -se levanta y se acerca a mí. Sólo unos centímetros nos separan-

_ ¿El qué? Estás chiflado

_No -susurra. Dios, que cerca está-

_ Yo...-me muerdo el labio. Pasa su dedo por mi mejilla y sonrío. Es tan dulce, es tan guapo-

_ Admítelo -baja sus brazos hasta mi cintura, pero agarro sus manos y las pongo lejos de mi trasero. Travieso-

_ Jamás -rodeo su cuello con mis brazos- Admítelo

_ Jamás

Cierro los ojos y me acerco a él lentamente, esperando saborear sus besos. Pero en cuanto nuestros labios están a punto de tocarse alguien me tapa la nariz con un pañuelo, respiro y caigo inconsciente. Y desde allí, todo es oscuridad.

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Despierto y algunas escenas de esta aventura se repiten (sí, aventura. No se me ocurre otra palabra) Amordazada otra vez. Oscuridad otra vez. Dolor y miedo otra vez. Incertidumbre otra vez. Lo único distinto es que estoy atada de pies y manos a una silla. Tengo algunas heridas, cortes creo, en las piernas y brazos. No veo nada, sólo siento el dolor punzante. No sé quién fue, pero si lo averiguo esa persona va a tener que cargar con mi peso, el peso de tres mil quinientas patadas mías. Y también voy a correr a esa persona con una palo con clavos. De repente una lamparita colgando se enciende, igual que en la bodega del avión.

Mis ojos no creen lo que ven. Al otro lado del cuarto, un Zack ensangrentado y cortado apenas me mira. Tiene un profundo corte en el hombro, otro en la rodilla y uno pequeño en la frente. Pero luego tiene varios golpes en los ojos, por lo cual tiene dos aureolas moradas medio amarillentas y los ojos más cerrados que abiertos. Balbucea algo pero no oigo.  Le digo con una voz muy ronca que todo estará bien, que no se preocupe. Mi voz hace ecos en la pequeña habitación en la que nos encontramos. 

Como un rayo, alguien a quien no distingo le da un puñetazo en el estómago a Zack y él gime. Me desespero por ir a socorrerlo pero alguien me frena, agarrando la silla. Me tiro hacia delante, intentando zafarme del desconocido que me apresa. Se nota mucho que mi nuevo secuestrador es cruel, ya que suelta la silla y no me queda más opción que estampar la cara contra el duro y frío suelo. Me mordí el labio y creo que rompí la nariz, razón por la cual sale sangre a mares. No puedo evitarlo y empiezo a llorar, mis lágrimas se mezclan con la sangre lentamente. 

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Uff, que corto! :( Y qué pícaro que anda Zack últimamente, eh?

Quién creen que secuestro a los recién tortolitos? :o

CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora