Quién diría que realmente los vampiros existirían entre nosotros. Estamos acostumbrados a ver a los típicos vampiros que se convierten en ceniza al ver la luz del sol o simplemente...modernizandolo con que sus pieles brillan al sol como si tuviesen diamantes por todo su cuerpo, eso es totalmente erróneo, déjame decirte que ni se convierten en ceniza ni brillan. Simplemente les molesta la luz y debido a ello no suelen salir de casa si no es necesario ya que son una especie nocturna obviamente. En cuanto a la forma de vestirse digamos qué simplemente varía según las personas y sus gustos. ¿Alguna vez has visto un vampiro vestido de rosa? Por supuesto que no, ya que "siempre suelen vestir de negro". Mitos y más mitos, precisamente Kim Minji decidió esa misma mañana ponerse un suéter de color rosa pastel y una falda vaquera negra junto con unas botas altas también negras. La verdad es que ella misma sabía que estaba divina, aquella melena rubia que recientemente se había teñido le sentaba genial. No podía faltar el retoque del maquillaje antes de salir de casa para dirigirse a su última clase de la Academia de Vampiros. Si, sería su último día por que decidió que aquellas estupideces de mantenerla alejada de la sociedad para aprender a ser una noble vampira que simplemente ponía su culo en una silla y escuchaba al resto de la gente hablar cosas sin sentido, además de los bailes y celebraciones. Minji no odiaba ni las costumbres ni de donde provenía, simplemente no le agradaba la idea de las reglas, las nuevas reglas que le imponían. ¿Desde cuando los vampiros sólo toman pastillas con sabores y sangre de animales? De toda la vida han bebido sangre humana y sacrificado mucho de ellos, al igual que los odiosos licántropos, rivales a muerte de los vampiros. Reglas y más reglas, Minji sólo quería ir a un instituto normal para buscar alguna que otra víctima y de paso hacerle un favor tanto a ella como a la personita a la que le morderia el cuello para alimentar su pobre estómago que llevaba más de un siglo aguantando.
Salió decidida de su habitación mientras taradeaba una canción de camino a la entrada. Su padre, uno de los nobles más importante y por supuesto fiel y leal amigo del rey vampiro, se detuvo delante de su querida hija para mirarla fijamente. Minji sonrió falsamente pero su padre simplemente la fulminó con aquella mirada fría que siempre tenía.
—¿Estás segura de tu decisión, Kim Minji? —. La rubia asintió varias veces mientras su padre seguía mirándola bastante desconfiado, a su hija. Y era algo normal después del escándalo que provocó hace como una década. Casí mata a una pequeña licántropo en uno de sus grandes ataques de locura. Ni siquiera las pastillas la calmaron aquella vez, bueno hasta que el hijo mayor del rey vampiro, Kim Ji-woong, apareció para dejar que Minji, bebiera de su sangre real. Entre vampiros lo bueno es que era totalmente aceptable el beber sangre el uno del otro pero si se llegaba a tratar de el rey y sus descendientes, era prácticamente imposible. Minji tuvo esa suerte debido a que proviene de una familia noble y de que su padre es amigo del rey, por lo que no costó tanto convencer de ello.
—Si me disculpa padre, tengo que irme o llegaré tarde. ¿No querrá que me regañe la Sra.Suh, cierto? —.Su padre se hizo a un lado y no dijo nada más. Ni siquiera la dirigió la palabra, se le notaba ciertamente molesto por las actitudes rebeldes de su hija mayor ¿Por que no podía ser como sus hermanas pequeñas? ¿Les estaba dando un mal ejemplo? Bueno, era fácil de responder. Tanto Bora como Handong sus dos hermanas menores eran unas chicas calladas y tranquilas, a pesar de llevarse bien con su hermana mayor, no la admiraban y estaban de acuerdo con que tenía un comportamiento no muy propio de una noble de esa altura. Minji se dirigió a la limusina donde estaban sus otras 2 hermanas y se saludaron formalmente. Era un silencio incómodo, sobretodo para Minji que sabía que recientemente habían hablado de ella. La gran academia de vampiras, era exclusivamente para las vampiras cuyos padres tenían dinero y una gran reputación. También había una academia idéntica para hombres, una tontería el separar academias solo para no mantener relaciones sexuales en el centro. Perfectamente se podían realizar fuera del centro así que daba igual. Minji miro con una sonrisa traviesa la academia mientras se estremecia levemente. Iba a ser un día a lo grande y ella misma se encargaría de ello. Por cada tontería o comportamiento vándalo de parte Minji, afectaba a su reputación y por supuesto a la de su familia. Era una chica problemática inevitablemente y sabía que no iba siquiera a tener parte de alguna herencia de parte de estos. Le daba igual simplemente quería vivir la vida que ella misma quiere sin que nadie le coma una oreja u otra, estaba cansada de tener que aguantar a gentuza. Fue regañada por una de las instructoras quién la hizo andar recta mientras sujetaba una bandeja con copas vacías. Por suerte Minji no tiró ninguna y llego a su destino, la clase de modales. Dejó la bandeja suavemente en la mesa e hizo una reverencia a la instructora antes de sentarse en su asiento.
—Bien, como ya sabeis es el último día de Kim Miji aquí en el centro, vayan a despedirse amable de vuestra compañera.—. Dijo de manera formal la instructora mientras Minji apretaba la mandíbula bastante molesta, sin dejar de mostrar una falsa sonrisa. Miradas que juzgaban a Minji y otras que ni siquiera la miraban a los ojos directamente. Todo el mundo quería que ella se fuera de ahí, pero no más que Minji, ella quería salir ya de ahí y dejar de ver a todas esas putas reunidas con caritas de santas que eran más malas que el veneno.
Su sueño se cumplió al escuchar el timbre, salió de ahí dando saltitos mientras taradeaba nuevamente una canción. Por su mente pasaban mil y una cosas y una de ellas era, sangre.
Varias chicas salian corriendo de un lado a otro mientras gritaban como locas desesperadas. Minji sonrió mientras contuvo su risa cínica al ver varias ratas correr por los pasillos. Si, aquello fue idea de Minji quién antes de llegar tarde, soltó a aquellas pobres ratas de laboratorio a su merced para que sean libres, como ella lo iba a ser. Era curioso, sentía más pena de unas pobres ratas que de la gente de su especie. Quizás se sentía identificada con aquellos pequeños animalitos.
Tras salir de ahí, Minji soltó una carcajada mientras se apoyaba en uno de los muros, esperando a la limusina pero se llevó una gran sorpresa al ver a un chico apoyado en un coche rojo mientras fumaba tranquilamente.
—¿Tu último día y la vuelves a liar? —.Soltó aquel apuesto y sexy chico. Minji sonrió de lado acercándose a él. Por supuesto que no podía ser nadie más que Ji-woong, el hijo mayor del rey.
Minji le quitó el cigarro de la boca al chico y se lo puso sobre sus labios para darle un par de caladas a aquel cigarro mientras se miraban descaradamente. Quizás aquellas miradas cómplices se debían a sus noches de sexo desenfrenado que compartieron en más de una ocasión. Todo aquello fue solo por diversión por supuesto, él era un mujeriego y tenía a muchas chicas con las cuales poder follar, pero en parte aquel idiota estaba atraído en cierta parte de aquella rubia sexy y rebelde. Ji-woong se acercó a Minji peligrosamente mientras ésta le apartaba bruscamente con una sonrisa ladina.
—Ni se te ocurra Ji-woong, o juro que te arraco un brazo. —.Él chico la miró detenidamente mientras tiraba la colilla del cigarro al suelo para darle la espalda. -Nos vemos. -.
Minji le saludó con la mano de forma coqueta mientras veía llegar la limusina.
Ji-woong no dudó en sonreír y morderse el labio inferior imaginandose a la rubia encima de él mientras gemía en su oído pidiendo más. Aquello le excitaba tanto que sería capaz de volverse loco y correr detrás de ella para poder follarsela en el coche. Su amigo se abultó y éste solo chasqueó la lengua molesto.
—Maldición Kim Minji...—.Se subió al coche para dirigirse a casa bastante frustrado y molesto.

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Vampīrę
Fiksyen PeminatJeong Jaehyun, príncipe heredero al trono de los vampiros , descendiente de un gran linaje y con una sangre especial a la del resto de vampiros comunes. Deberá mantener el orden entre vampiros, licántropos y humanos a pesar de sus aún sentimientos p...