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-Así que... Después de todo.- México toco su cabeza avergonzado.

-¿Después de todo?.- Ecuador solo lo miró divertido.

-¿Me gane un lugar aunque sea uno pequeñito en tú corazón?.-

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No te lo puedo explicar muy bien ya que ni siquiera yo pude explicármelo en su momento, pero de lo que si estoy seguro es que estoy enamorado... Muy enamorado lo se muy bien porque pienso en él antes de dormir, comer, bañarme o al despertarme hasta sueño con él todos los días. Conozco las consecuencias que trae el haberme enamorado de él, pero aún así estoy dispuesto a tomar el riesgo y no me arrepiento porque estoy seguro de que lo amo... Y algo en lo que estamos de acuerdo es que en el corazón no se manda.

Bueno al caso, la primera vez donde sentí mariposas en el estómago por Ecuador fue hace tres años, era una noche estrellada recuerdo que todas las estrellas parecían brillar más de lo habitual esa noche...

Estábamos observando las estrellas mientras contábamos experiencias raras que nos habían sucedido, nos parecemos mucho. El contexto es que los dos nos encontrábamos sentados sobre el césped de un parque que se encuentra cerca de mi casa. Y ahí comenzó la historia.

-¿Te gustan las estrellas?.- Ecuador hablo para romper el silencio que había en el ambiente.

-Sí, desde que era niño eran lo que más me gustaba ver... Se podría decir que cuando era más pequeño las estrellas eran lo único que alumbraban mi vida por las noches.- México respondió sincero para así poder lanzarse y ahora si estar acostado sobre el césped totalmente.

-...- Ecuador solo le siguió el ritmo acostándose a su lado.

-¿Y... A ti también te gustan?.- México trato de conversar con su habitual sonrisa.

-Me gusta el cielo en específico creo que es muy hermoso tanto de día como de noche así con todo lo que
contiene.- Ecuador alzó sus brazos como una forma de estirarse.

México solo lo observo en silencio, era interesante y divertido conversar con Ecuador... Estar así, juntos, realmente le gustaba mucho, tal vez más de lo que le debería de gustar.

-Risa- Ecuador soltó una risa, haciendo que México no pudiera apartar su vista de su rostro. Su corazón estaba comenzando a acelerarse poco a poco y sin pensarlo mucho decidió hablar.

°Après la mort, aime-nous plus°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora