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-Мне очень нужно, чтобы ты вернулась.-
(Realmente necesito que regreses.)

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Miró el reloj que se encontraba en su mano, era la 13:30 p.m. de la tarde tiempo perfecto para una botana se apresuro a buscar dentro de sus cajones donde siempre guardaba algunos dulces suyos. Entre sus curiosidades encontró una funda de takis fuego.

-Ah perro.- Tomó con sus manos la funda para abrirla y comenzar a comerlos, pero algo faltaba... ¡Limón! Busco entre sus cajones y los encontró tomó uno juntó con algo para cortarlo y así exprimirlo dentro de la funda de sus takis.

Cerca de él, Brasil lo miraba sorprendido la última vez que probo un poco de comida del mexicano su boca ardió más que el mismísimo infierno.

-Não faz coceira?.-
(¿No te pica?.)

-¿Qué? Ah, no para nada si ni pica wey.- Decía mientras seguía comiendo, Brasil pensó... Quería acercarse más al mexicano solo que no sabía como hacerlo.

No sabía como entrar a su corazón así como lo hizo Ecuador.

-Доброе утро.-
(Buenos días.)

Su vista la capturo el ruso acompañado junto con el alemán, ¿Había ocurrido algo? Era extraño verlos por aquí.

-Oh, hola.- México los saludo con una sonrisa.

-У вас есть свидание за обедом?.-
(¿Tienes alguna cita para comer?.)

-Mmm no lo creo, ¿Por qué?.- México dejo su funda de takis fuego a un lado.

-Мы хотим пригласить вас на обед, там будут только Германия, Украина, вы и я.-
(Queremos invitarte a comer, solo seríamos Alemania, Ucrania, tú y yo.)

México lo miró hace mucho tiempo que el ruso no lo invitaba a hacer algo o tan siquiera a salir a comer. No sabía si aceptar o rechazar esta invitación hasta se sentía extraño estar pensando sobre esta invitación.

Un sonido pequeño lo llamó era su celular el que sonaba, lo busco entre los bolsillo de su pantalón.

-Eh lo siento mucho, pero debo rechazar tú oferta algo surgió con su permiso debo contestar.- México soltó una risa nerviosa para salir de la oficina donde estaba junto con la funda de takis que había estado comiendo.

Al encontrarse ya en el pasillo contesto. Era obvio de quien se trataba ya que lo hacía correr de aquí para allá y hacía que las mariposas de su estómago comenzaran a alterarse.

-Hola, ¿Taquito?.- El ecuatoriano comenzó la conversación.

-¡Hola, buenas tardes!.- México soltó una risa.

°Après la mort, aime-nous plus°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora