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полюбила его так сильно, что даже помогала ему...-
(Llegue a amarlo tanto que hasta lo ayudé...)

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Se removió entre las cobijas, tenía sed, pero no quería levantarse a pesar de que pusiera todas sus fuerzas no quería ni podía hacerlo.

-Chingada madre.- Soltó en voz baja para moverse un poco sintiendo que el ecuatoriano no tenía intención de soltar su cintura o el brazo del mexicano que usaba como almohada.
Tampoco quería irse, pero la sed estaba ganando la batalla.

Acepto su destino alejándose lentamente del ecuatoriano quien aún estaba dormido y parecía no querer despertarse. El frío aire toco su espalda, ¿Por dónde había entrado?

No lo sabía ni encontraba el lugar por donde el frío aire venía... No dejaría que ese frío tocara el cuerpo del menor, busco por su habitación un saco negro que antes usaba para poder ponerlo en el cuerpo de su amado con mucho cuidado tratando de no despertarlo. Pero aún así la sed no dejaba su cuerpo, soltó un quejido para salir del cuarto en busca de su tan deseada agua.

A mitad de su camino, escucho un leve sonido que llamo su atención, se acerco hacia un mesón encontrándose con algo brillante.

-Ah con que aquí estaba.- Encontró su celular en la mesa, lo tomó delicadamente para ver su pantalla principal...

¿Por qué?¿Por qué ahora? No entendía nada estaba confundido. ¿Cómo era posible que después de tanto tiempo? El ruso le mandara un mensaje y no solo uno si no cinco mensajes cuando siempre era él quien iniciaba la conversación entre los dos o solía hacerlo, hace mucho que no hablaban. Rápidamente lo apago no quería pensar más en eso o en el pasado.

Con su mano libre tomo un vaso para llenarlo de agua del garrafón, sin dudarlo subió otra vez hacía su cuarto pero no dejaba de pensar sobre esos mensajes. Tenía ganas de leerlos así como lo hacía antes...

-¿A dónde fuiste?.-

Salió del trance al escuchar la voz del menor, lo miró mejor estaba medio despierto tratando de no caer rendido ante el sueño.

-Fui por un poco de agua bananita, ¿Por qué no vuelves a dormir?.- México dejo el celular en su mesa de noche ignorándolo por completo, con el vaso en mano tomó el agua rápidamente para ponerlo en su mesa junto con su celular.

-Si...- Ecuador se rindió para acostarse otra vez en la cama, México no espero y se acostó a su lado para volver a abrazarlo y esconderse entre su pecho rápidamente las ganas de responder aquellos mensajes desaparecieron como arte de magia.

°Après la mort, aime-nous plus°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora