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— Es que ya no es normal, Jamie. Han salido todas las semanas, por tres meses. Y, según tú, solo son amigos.
— Creo que tú eres quien cree que hay algo más entre nosotros.
— No, no es eso. Solo te digo que no hay nada de sentido en todo esto. ¿Acaso me ocultas algo?
— ¿Yo? —ok, sí lo hacía.
Es que no quería escuchar un "te lo dije". Y ni siquiera estaba segura de lo que pasó. Todo fue raro.
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— Ya para. —dije tratando de controlar mis risas.
— ¿Por qué? ¿Qué tiene? —dijo mientras seguía comiendo sus papas fritas, como si fuera una ardilla.
— Es que... No puedo. —dije riendo.
Era adorable, en serio. Él siguió con lo mismo, por unos minutos más.
— Ok, ya paro. —dijo dejando las papas a un lado.
— Gracias. Eres una tierna ardilla.
— Una tierna araña, muchas gracias. O, mejor, una tierna araña ardilla. —eso me hizo reír, otra vez.
— No creo que sea una tierna combinación.
— Bueno un híbrido de ardilla y araña gigante no seria algo bonito de ver. —dijo... alguien desde algún lado.
— ¿Quién dijo eso? —pregunté, mientras me ponía alerta.
Si me llegaba a asustar, esto iba a terminar mal.
— Yo fui. —un señor salió del... medio muro que teníamos al lado.
Cuando lo vi, sentí como todo estaba por pa... Alto. ¿Seth Harper? ¿Qué no estaba muerto?
— ¿Qué... qué haces aquí? —le preguntó Spyder, mirándolo con seriedad y molestia.
— Cuando escuché que ibas a salir con una chica... Por cierto, solo dime si te esta obligando y llamo a la policía. Fingiendo otra voz, claro. No quiero ir a presión. Como sea, cuando escuché que ibas a salir, supe que era mi momento. Tengo muchas cosas que devolverte.
