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— ¿O sea qué es tu culpa? —dijo Ryan, mientras se levantaba de una... mesa en el edificio abandonado de Harper-futuristics.
Todo estaba... abandonado por fuera, pero, en el nivel secreto, Harper logró armar una nueva base para el equipo.
En realidad era para que él se escondiera, pero lo usábamos de base. Era casi igual a su cuartel en el ártico. Solo que sin el frío.
— En teoría, sí. Oye, solo trataba de ayudar. ¿No quieren su robot de vuelta?
— Cada día. —dijo Harris.
— Ah... tal vez. —dijo Veracity.
— Solo el área de descanso. —dijo Mark.
— Yo quiero mis armas y mi muro que gira. —dije yo.
Todos miramos a Ryan, porque fue el único que no habló. Además de que era el piloto. Solo él podía conducir a un robot gigante con su mente.
— No... no lo sé. Leo creó a mech-x4 para proteger a la ciudad, y al mundo, de Harper y sus monstruos.
— Ya volví al camino del bien. Rayos. Tratas de destruir al mundo una vez, y todos te critican por eso.
— Lo normal es no tratar de destruir al mundo. —le dijo Veracity.
— Mi punto es, —volvió a hablar Ryan.— tal vez sea mejor que el robot no vuelva. No queremos tentar al... ¡Agh! —Ryan volvió a quejarse, mientras caía en la mesa.
— Entonces no fui yo. —dijo Harper antes de acercarse.
Todo a nuestro alrededor comenzó a fallar, y algunas cosas echaron chispas.
¿Otra vez estaban fallando los poderes de Ryan?
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— Ya basta... Para esto. —le dije algo desesperada.
— Tengo que terminar de calibrarlo, o seguirá fallando.
