storm | #7 | teen wolf

5 | The ghost of an old feeling.

| El fantasma de un viejo sentimiento.

⭐ 60 votos y 125 comentarios para la siguiente actualización.

Estuve casi una hora completa mirando la fotografía enmarcada de la manada una vez que estuve de vuelta en mi casa, concentrándome en el puesto vacío de la persona que la Cacería Salvaje nos quitó, me quitó, sintiendo la perdida haciéndose cada vez más profunda en mi corazón al pensar en la posible relación que tenía con el desaparecido.

Un hermano.

Desde la muerte de Beca en Oak Creek hace casi un año y medio, me he sentido sola a menudo sin importar si estoy rodeada de todos mis amigos. Liam es lo más cerca que me he sentido de llenar ese vacío, pero no es igual. Nunca es igual. Y pensar que no he estado totalmente sola desde entonces, sino que tengo un hermano que la Cacería y los Jinetes Fantasma solo me arrebataron sin piedad me hace sentir ganas de gritar hasta que mi garganta se destroce y sienta mi pecho vacío.

La sensación amarga de pesadez no despareció en la mañana, desayunando sola pues papá ya se había ido al trabajo y mamá todavía estaba durmiendo y yo decidí que no la iba a despertar, necesitando tiempo a solas conmigo misma aunque lo odiase al igual que el silencio de mi hogar desde que Beca falleció. Me apresuré a salir en dirección a la escuela y rodearme de todo el ruido que siempre ayuda a silenciar hasta el último de mis pensamientos llenos de tristeza y culpa.

—"Stile, un arreglo de pasos que les permite a las personas, pero no a animales, subir una cerca" —lee Scott en voz alta el resultado de la búsqueda de internet, sentado a mi lado izquierdo en la biblioteca.

—Sí, yo no creo que sean los stiles que estamos buscando —responde Lydia a mi lado derecho.

Él asiente, de acuerdo con ella.

—Tal vez los demás encontraron algo.

—Bueno, dudo que Malia tenga algo. Ha estado con exámenes durante toda la mañana —explico. Scott asiente con un ruidito y vuelve la mirada a la computadora, abriendo la boca para decirme algo y los tres miramos hacia la puerta cuando escuchamos un aullido bastante familia—. Parece que el examen no salió tan bien como esperábamos —comento con una mueca, tomando mi chaqueta mientras me levanto de mi asiento al igual que mis amigos.

Los tres abandonamos la biblioteca a paso rápido, dirigiéndonos hasta donde el rastro olfativo nos guía al Alfa y a mí. Isaac, Allison y Parker llegan detrás de nosotros y mi padre y la mamá de Lydia vienen unos pasos detrás, todos entrando en la bodega de la escuela para ver a Malia en su forma de coyote, gruñéndonos.

—Malia, tranquila, estás a salvo. No te voy a lastimar —le dice Scott con un tono lleno de la más pura amabilidad y trata de calmarla, pero solo recibe más gruñidos—. Ya se está calmando —asegura.

Frunzo el ceño y lo miro mal, preguntándome si al menos él se cree eso. Por la mueca en el rostro de Isaac, sé que él se pregunta lo mismo.

— ¿Tal vez debas gruñirle también? —sugiere papá. Nadie dice nada, escuchando los constantes gruñidos de Malia—. Scott, eres el Alfa. ¿No puedes hacer que sea un poco más dócil?