storm | #7 | teen wolf

2 | Memory lost.

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Y oigo que una tormenta se está acercando

—Anchor by Novo Amor.

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| Pérdida de memoria.

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La madre de Lydia atrapó a Scott y Stiles cuando intentaron escapar de la escuela más temprano para ir a la casa abandonada, obligándolos a entrar a su clase y esperar a las tres y media. Por ese motivo, Stiles está ansioso para la última clase del día, golpeando sus dedos contra su escritorio en un ruido constante y molesto, moviéndose con una velocidad casi inhumana cuando el sonido de la última campana interrumpe el largo documental que estamos viendo en la clase de Historia Mundial.

Me apresuro a tomar mis cosas también, levantándome de mi asiento y atravesando la puerta junto a Scott, yendo detrás de Stiles hacia el estacionamiento mientras pienso que más tarde lo golpearé por obligarme a salir del salón entre la multitud igual de ansiosa que él por irse cuando sabe que no me gusta hacerlo.

Isaac está ya en el estacionamiento cuando llegamos, apoyando su espalda contra una de las puertas del Jeep. Frunzo el ceño y mantengo el paso, acercándome a él detrás de Stiles.

—Iré con ustedes —dice de inmediato, alejando su espalda del auto.

—Pensé que dijiste que no te gustaban las casas abandonadas —digo confundida.

—Y no lo hacen —reafirma—, pero que ustedes tres vayan solos a algún lugar siempre significa que algo saldrá mal tarde o temprano.

—Él tiene un punto —le concede Scott.

Stiles acepta y los cuatro subimos al auto, colocando en el GPS la dirección que Alex le dio a la policía y oyendo el rugido del motor. Llegamos después de casi media hora de viaje y una subida empinada que —si soy por completo sincera— pensé que el Jeep no lograría subir, bajando del auto. A un costado de nosotros, un columpio se mese con la brisa helada que corre por ser enero y frente a nosotros se encuentra una casa alzada imponentemente.

—Esto no da miedo en lo absoluto —comento con sarcasmo.

—Puedes tomar mi mano si tienes miedo —me ofrece Scott, tendiéndome la mano con una expresión sincera y calmada que deja en claro que no miente.

Lo miro unos segundos y opto por negar con la cabeza, pasándole la linterna que Stiles le tiende y caminamos a la entrada. Scott enciende la linterna una vez que entramos a la casa, liderando el camino porque él es el Alfa.

En la habitación a la derecha se encuentra la mesa puesta, los platos cubiertos por una gruesa capa de polvo y algunas telarañas. Hay telarañas por todos lados, de hecho, y eso le da un toque todavía más aterrador si lo sumamos al sepulcral silencio en el que estamos sumidos.