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La tarde transcurrió tranquilamente, los niños calmados comiendo de la comida para niños que Gin les trajo a ellos. Le dejó un sobre con demasiado dinero a Atsushi junto a ropa para que se pusieran en esos momentos y muchos juguetes, lo cual al mostrarle todo eso hizo entrar en pánico al albino.

No obstante Kunikida le dio un gran sermón de saber utilizar el dinero sabiamente y no malcriar a los pequeños. Yosano no había salido del laboratorio a dar los resultados, al parecer estaba resultando ser muy complicado está situación, no como cuando los jefes de ambas organizaciones fueron envenenados.

Esta vez resultó que lo tres hombre más fuertes de todo Yokohama habían sido convertidos en pequeños niños. Y el tigre lunar convertido en una cría más.

- Esto será muy largo. - murmuró el albino viendo como los tres pequeños despertaban después de su otra siesta, ya enserio, esos niños dormían más que otros niños de su edad. Por no querer preocupar a los niños sonrió con suavidad. - Bien, niños vamos a salir un momento. Tenemos que comprar varías cosas.

"Prefiero gastar el dinero de la mafia en vez de ver cómo los Dazai, Chuuya y Akutagawa  utilizan esas ropas.

Al parecer a Gin-san también le da malas vubras"

Pensó más para si mismo, mientras la azabache también se alistaba para acompañar al albino a las compras, pero antes de partir tendría que ir con la doctora Yosano para saber si ya había encontrado algo, o también si ya les iba a sacar muestra a los niños.

- Yosano-sensei. - tocó la puerta Atsushi mientras esperaba una respuesta, al no oír nada pensó en entrar con la escusa de que ya había llamado y no le habían dado alguna respuesta.

Al entrar se podía ver a la mujer estando muy atenta al microscopio y escribiendo algunas cosas en páginas que estaban desordenadas.

- Yosano-sensei? - llamo nuevamente el albino ya por fin sacando de su mundo a la azabache quien aún sorprendida por la repentina de ver el albino en su consultorio dio un pequeño brinco desde su lugar, suspiró intentando regular las palpitaciones de su corazón.

- ¿Si? - respondió arreglándose el cabello para luego ordenar las páginas que estaban en desorden.

- Iremos a comprar unas cosas para los niños Kyoka y yo. - aviso el menor teniendo en sus brazos a Akutagawa, Chuuya y Dazai estaba por sus piernas viendo curiosamente a la mujer mayor.

- Antes que se vayan, ¿Puedo hacerles unas muestras de sangre? - pregunto la mujer sabiendo que Chuuya podría atacarla a tan siquiera sacar la aguja de su envoltorio. También Akutagawa podría lastimarla con Rashoumon, más ahora que Dazai no podía desactivar la habilidad si se salia de control.

No sólo, el resultado de las muestras de Atsushi fueron...

- Claro. - sentó a los tres niños en la camilla y estos lo vieron confundido. -  Nee~ si se dejan sacar sangre les daré un helado por ser tan fuertes. ¿Que dicen?

Les pregunto de manera confiada, Yosano podía compararlo como lo que diría un padre a sus hijos o un pediatra a los niños y después darles un caramelo.

Los niños aunque dudosos y con un poco de miedo cedieron a hacerse aquellos exámenes médicos, sabían que el albino no era una mala persona por lo cual no había problema que le sacarán sangre, después les darán un helado como recompensa.

La mujer adulta solo saco una por una las jeringas con sus envolturas y vio como Atsushi los ponía en la camilla. Cuando los niños habían oído que les sacarían sangre bajaron uno por uno en modo de negarse, por eso el albino los volvía a subir.

- Bien. - se acercó primero a Akutagawa para terminar de una buena vez y que este no la atacara al ver como le sacaba sangre a los otros dos menores. El menos peligroso era Dazai, quién en estos momentos se quedaba viendo fascinado la jeringa.

Después de haber sacado las muestras, los niños mostraron diferentes reacciones.

Akutagawa era cargado por Atsushi mientras éste le daba pequeñas palmaditas en la espalda al menor quién temblaba como gato recién salido de una buena bañada con agua. Dazai y Chuuya no reaccionaron mal, el primero porque estaba más atento en ver cómo salia sangre con esa gran aguja y el otro porque sentía que ya estaba acostumbrado a ello.

- te llamaré si ocurre algo. - anuncio la mayor mientras Atsushi salía del consultorio.

- De acuerdo, esperaré los resultados. - respondió el menor saliendo de una buena vez del consultorio.

Ahora vacía la habitación, la azabache simplemente cayó sentada al suelo. Había soportado los suficiente para hacerse que no ocurría nada malo, pero ella sabe que no es así.

"Solo espero encontrar algo para contraer aquella habilidad, necesito saber si Dazai y aquellos dos de la Port Mafia estén bien."

Le hecho nuevamente una mirada a las páginas que había llenado de apuntes, se levantó del piso y continuo con su labor.

🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸

Mientras tanto Atsushi junto a Kyoka compraban lo básico para niños y los niños, bueno ellos disfrutaban de su helado mientras miraban a los alrededores.

"Ahora que lo pienso."

Pensó el albino viendo como los niños actuaban de manera muy calmada o como según lo piensa. Por más que el castaño menor molestaba al de cabellos rojizos este no cedía y el azabache los miraba aburrido terminando su helado para mientras.

"No he ido al orfanato desde hace mucho tiempo. Kyoka puede acompañarme, confío mucho en ella y la convivencia les hará bien a ellos tres por el momento. No quiero ir a los apartamentos en que vivó por un presentimiento así que iré con Kyoka a ese lugar.

Solo pocos saben en dónde está el orfanato en donde me crié desde niño, según me comentaron no quieren cometer el error de que gente mala los atrapé y asesinen a los niños. Ni Ranpo sabe de ello y es mejor así. "

Meditó el albino mientras alistaba todo lo que tenían. Kyoka solo miró como su amigo estaba concentrada entre sus pensamientos que no quiso interrumpirlo.

- Kyoka-chan, vamos a un sitio secreto en todo que Dazai y los demás son unos niños. - menciono el albino sorprendiendo a la azabache debido a que ella no era la única en no querer ir a su apartamento.

Al ser una ex-asesina sabe que no debe de ignorar ningún mal presentimiento, pero con Atsushi al parecer sus sentidos felinos aún eran muy agudos.

Sin decir nada el albino camino hacia una dirección siendo seguida por los niños y Kyoka. Ese día no irían a dormir en el lugar que por primera vez ha considerado como un hogar, solo espera que los niños puedan convivir bien con los otros.

Continuará...

17/02/2022

Cuidando de EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora