14

230 48 6
                                    

Los niños se habían divertido jugando a las escondidas dentro del orfanato, Atsushi les dio chocolate caliente que fue acompañado con Malvaviscos.

La lluvia no parecía que iba a parar, fue a buscar una frazadas para los menores, no querían que se llegarán a enfermar, mas el pequeño Akutagawa.

A Chuuya le puso un pequeño suéter gris con rayas rojas, a Dazai uno de color café claro, Akutagawa uno de color negro.

— Se mira que no parará. - Kyouka se acercó al su amigo quien están viendo por las ventanas, la lluvia seguía y la señal estaba mal para mensajear con algunos de sus comentarios que estaban con bien.

— Tenes razón. - acepto el albino ante las palabras se su amiga. - Sabía que esto no sería para siempre, pero en ocasiones ama y odia la lluvia, le encanta siempre y cuando es fuera del orfanato.

Ya estando en ese lugar no era para nada satisfactorio, y aunque su rostro simule completa tranquilidad, en su interior no lo es.

🌸 🌸🌸 🌸

—La pregunta aquí es, ¿Que gana convirtiendo en bebés a los tres más fuerte? - Tanizaki pregunto no estando del todo consciente del peligro que se acerca.

— Recuerda lo que pasó, Dazai pudo muy rápido localizar a esa rata, el perro mafioso junto a Atsushi pudieron lograr detener a ese idiota, y ese chico, Nakahara Chuuya, el es muy fuerte por si habilidad. - aclaró Kunikida ajustándose los lentes.

La lluvia parecía que no cedería y para su desgracia no han podido comunicarse con Atsushi y los demás.

Dio un suspiro, no ha pasado ni una semana desde que todo esto se puso de cabeza y siente que tan solo han pasado más tiempo. Por unos instantes paso su mirada hacia el consultorio de Yosano.

Las palabras que ambos se dijeron quizás no terminaron bien, menos al ver el gran gesto en desacuerdo a lo que el presidente veredicto al final de aquella reunión.

El tiempo es lo menos que tienen.

— ¿No hablaras con ella? - el pequeño Kenji pregunto mostrando su rostro de completa confusión, no era normal verlo pelear tanto tiempo y aunque no sabe la razón sabe muy bien que no está bien seguir así.

—Lo intentaré. - Respondió el mayor. Dejo sus cosas en su escritorio y decidió ir a donde posiblemente le enterraran un bisturí en su cuerpo o rostro.

De Yosano todo podría esperarse.

Antes de tocar la puerta y entrar, miro a Rampo, del cual en esos momentos miraba como las gotas de lluvia tocaban las ventanas y caían.

Una búsqueda que tanto la Port Mafia y Agencia han unido fuerzas por buscar a una sola persona, y esa es...

Fyodor.

Tocó a la puerta y sin esperar una respuesta entro. El lugar estaba alumbrado por el foco de la enfermería, Yosano solamente miraba a través del microscopio sin dejar de apuntar.

En una mesa había varios tubos de ensayo, de diferente colores. Dio un gran suspiro antes de hablar.

— Lamento interrumpir. - empezó hablar el de cabellos rubios mientras la doctora no inmutó y siguió con lo suyo.

Sabía que lo que pasó en la reunión la dejo furiosa, pero era lo único que podían hacer, por el momento solo era cuestión de tiempo para encontrar a Fyodor como la última vez.

Sólo que sin ayuda de Dazai quien a pesar de ser un loco suicida da buenas estrategias.

— Ya inicie haciendo la posible cura. - mencionó mientras dejaba de lado el microscopio y señalaba los tubos de ensayo. - Hay unos que pueden ser vía venosa o también en vacuna.

Cuidando de EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora