No tardaron mucho en llegar al orfanato, pero al entrar Kyouka pidió que no hicieran tanto ruido, porque seguramente Atsushi estaría dormido.
El lugar estaba alejado y no sentían que correría peligro siguiendo ahí, aún así los tres adultos querían ver cómo estaba el menor y saber de los otros tres niños.
- Ya llegaron. - Atsushi con voz suave los recibió, Kyouka le hizo una mala cara ya que se suponía que debería de estar recostado y no ahi esperándolos.
- Atsushi. - Kyouka nombró con voz de reproche. Atsushi en respuesta río de manera nerviosa porque la chica es muy intensiva cuando se trata de su salud.
Antes de llegar a la agencia a nadie le importaba el cómo se sintiera, si tenía fiebre lo tomaban sin mucha importancia y le daban un medicamento muy fuerte, por lo que tampoco sé lo bebía porque no era para su edad ese medicamento.
Por lo que cuando el director le decía que se fuera a dormir, pero el tenía que llevar un pequeño bol de agua helada y un trapo, el mismo se cuidaba. Por qué ahora ver cómo Kyouka y sus amigos se preocupan por su salud, pero sus malas costumbres no se irán de la noche a la mañana, tampoco podía acostumbrarse por completo a la amabilidad de sus amigos.
- Solo me levanté a beber agua. - se excuso mientras enseñaba un vaso de vidrio con agua.
La pequeña Kyouka asintió y de mala gana acepto la excusa dada por su amigo, pues no podía refutar porque si se le decían a los niños de seguro se quedarán sin vasos.
- Buenas noches, Kunikida-san, Doctora Yosano y Ranpo. - saludo el albino con una pequeña sonrisa. - Bienvenida Kyouka.
Como cuando alguien le tocaba salir, llegar tarde al apartamento Atsushi y Kyouka, el primero en estar adentro daba la bienvenida para sentirse en casa.
- Ya es momento que te recuestes. - la pequeña azabache ordenó mientras el albino asentía y los tres adultos entraban a ese lugar que al parecer es un orfanato abandonado.
Kinikida dejo las cosas en donde sería la cocina, Ranpo robo unos cuantos dulces antes de ir a donde estaban los otros pequeños.
- Kunikida-san. - Atsushi después de haber llegado a donde dormían los niños y la ex-asesina, seguía sentado pero tenía una dudas en la cabeza.
- ¿Que pasa? - pregunto el nombrado.
- ¿Por qué llegó con muchas bolsas? - se ahorro la pregunta de porque sabía dónde quedaba la cocina, ya que desde la entraba se miraba dónde está.
Ranpo junto a Yosano se aguantaron las ganas de carcajearse en recordar ese detalle que ni la persona que los guío se atrevió a preguntar.
- Yo... Pues ... - iba a responder algo coherente, pero la risa de sus acompañantes le hicieron entrar en nervios porque sabía que si respondía con mentiras Ranpo le dijera que no es un buen ideal mentir a un enfermo.
Yosano solo le sonreirá burlonamente, como siempre, pero está vez sin ningún filtro para que se sintiera más avergonzado.
- Kunikida no sabía que comprar de medicamento, por qué casi se lleva la farmacia completa. - aún cuando el podría convertirlo en realidad con su habilidad, se ahorro en decir aquellas palabras para molestarlo en la agencia.
- No tenía que hacer todo eso. - Atsushi como siempre siendo humilde y tierno en verse nervios ante el gesto del idealista. Ese es su niño, pensó el idealista junto a Yosano. - Es solo una pequeña fiebre ya se calmará.
Antes de poder decir más, Kyouka lo interrumpió viéndolo de mala manera.
- No fue cualquier fiebre. - regaño severamente y es mejor decir lo que pasó mientras estaba con fiebre alta. - Ayer estuvisteis en tu forma de cachorro mientras hervias de fiebre.
Le dijo algo que quizás solo ella sabía junto a los niños quienes le ayudaron a bajar la fiebre.
- No sabía si llamar a Yosana-sensei o ir por un veterinario para ver cómo estabas. - mencionó viendo hacia otro lado que no sean las cuatro personas.
Fue muy duro el tiempo en que al contrario no le baja la fiebre y estaba por llamar a Yosano después de unos minutos se logró controlar, aún así es mejor que lo revisen ahora.
- Perdón si te preocupe mucho. - Atsushi estaba arrepentido de haber preocupado a la menor, ahora ya tenía respuesta del porqué los niños estaba más protectores con él y también de las pequeñas ojeras en sus ojos.
- No tienes porqué disculparte, nadie predijo que te enfermarse en estos días. - Negó la disculpa pues no era nada a lo comparado al pasado, pues acepta que al albino le dio uno que otro ataque.
Yosano acarició los cabellos plateados del albino y le sonrió suavemente.
- Todo el mundo enferma, más a los grandes cambios en su entorno. Se que te duelo por lo que pasó en los apartamentos, compraste muchas cosas con tu sueldo para hacerla tuya y de Kyouka el apartamento. - hablo mientras el albino agachó la cabeza en recordá esos detalles.
También era cierto que estar en el orfanato le ha afectado, pero no tanto con la perdida de aquel apartamento al que le pudo llamar hogar. Con Kyouka compraron nuevos materiales de cocina y uno que otro adorno, todo eso se perdió en el incendio.
Nunca ha sido materialista, pero si le dolió perder todo lo que fue con un esfuerzo de su amiga y el en conseguir sus propias cosas, le duele y aún así no lloro por ello, solo se puso triste y nada más.
- Es cierto, Atsushi. - Ranpo hablo mientras el albino empezaba a sollozar por las palabras tan ciertas de la mayor. - Este cambio de ambiente fue lo que te puso así, no eres el único al que le ha pasado que se enferma por cambiar de sitio, recuerdo que una vez a Kunikida casi se le detiene el corazón cuando se rumoreaba que la agencia le cambiarán de sitio.
- ¡Oye! - exclamó el rubio y después bajo su tono al darse cuenta que los niños estaban dormidos. Aún con el rostro de un tono carmi miro al azabache y le dijo que no continuará.
- Lo recuerdo. - ahora Yosano se unió sonriendo de manera inocente, inocencia fingida gritaba mentalmente el idealista. - Estuvo una semana en el consultorio por los bajones de azúcar que tenía al ver que venían a preguntar sobre un traslado del piso de abajo, pensando que era nuestro piso.
Kunikida estaba apunto de reclamar, pero todo eso se esfumó a oír la suave risa se Atsushi. Que mas da salir humillado.
- Mira. - Yosano mostró su bolsa y mostró algunos frascos junto algunas jeringas. - Esto es una posible cura para ustedes, primero iniciamos contigo y después los niños.
El albino solo sonrió y hizo todo lo que se le indico. Yosano se lo aplicó como a una vacuna.
Luego de unos minutos levantaron a los niños que cuando supieron de la vacuna se les espanto el sueño. Aun así se logró que los vacunarán.
- Ahora hay que espera una semana para saber los resultados, por el momento si ven algo raro o se sienten extraños avisen, no tiene síntomas secundarios por lo que si lo sienten avisen.
Explicó la mayor para revolver los cabellos del albino y ver cómo los niños saboreaban un dulce después de ser vacunados.
- Nos vemos pronto. - Kunikida dijo cómo despedida y Ranpo se despidió con un ademán.
A esperar una semana y ver que esa cura haya funcionado.
Continuará...
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Cuidando de Ellos
RandomPor un error de una misión Dazai, Akutagawa y Chuuya se convirtieron en niños de 5 o 4. si En pequeños niños. ¿como lo tomara Atsushi? ¿Podrá cuidar de los 3 niños?