Capítulo 20

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No había salido de mi habitación en días.

Antoine era un verdadero tesoro. Todo este tiempo se había tomado la molestia de subirme la comida. Él sabía que no quería hablar con nadie, nisiquiera con mi tío.

De seguro se extrañó un mundo cuando vió la puerta, pero aún así no preguntó nada y se lo agradezco.
Ni Marcus, ni Aria ni ninguna otra persona intentó acercarse a mi habitación y a decir verdad, también lo agradecía.

Me sentía abrumada, encerrada.

Es decir, aún necesitaba un momento  a solas conmigo misma pero no así, no aquí.

Quería salir a respirar, tomar un café o lo que sea que implicara algo distinto. Además a veces no podía ni siquiera dormir sin tener pesadillas. 

Odiaba el hecho de que mi tío se negara a hablar y además también se negara a ayudarme a arreglar las cosas sin tener que arriesgar el pellejo.

Sonaba como una cobarde, lo sé, pero es que no podían pedirme de la noche a la mañana que desmantelara un clan de asesinos con facha de organización científica sabiendo que en mi vida había matado ni una mosca. ¡Apenas y recuerdo cuando fue la única vez que abofeteé a alguien!, Y eso fue en secundaria, además creo mi mano me dolió mucho más de lo que el golpe pudo haberle dolido al chico.

Era un giro de 180 grados, el negativo de la perfecta y tranquila vida que había construido para mí. Era casi imposible imaginarme como una guerrera.

Y luego están todas esas cosas que dijo Tyrone, quizás tenía razón, pero yo no estaba lista y nadie podía esperar que  lo estuviera tan pronto.

Necesitaba analizar mejor las cosas y dejar de ahogarme con mi propia respiración cuando hacía uso de mi "poder".

Era de noche, sin embargo no tan tarde y yo quería despejar mi mente lo antes posible; caminar, ver las luces de la ciudad, los árboles en cualquier parque, pero sobre todo ordenar las ideas sin sentido que se habían instalado dentro de mi cabeza, quería saber qué es lo que haría a partir de ahora.

No era muy fan de las películas de superhéroes, de hecho me parecían un poco falsas, pero si en algo podía estar de acuerdo con Peter Parker es en eso de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Pero es que TODO en cuanto a esta nueva "habilidad" era muy confuso.

¿Qué tanto de poder y qué tanto de responsabilidad habría en esto?, ¿Para qué me serviría?, ¿Cuáles serían las decisiones correctas?, Hasta ahora había hecho mi mejor esfuerzo por aceptarlo y controlarme, no había sucedido nada lamentable (además de casi arrancarle una extremidad a mi mejor amiga)  pero ¿Y si me descuidaba? ¿Y si en ese descuido le ocasionaba algún daño peor  a las personas que amaba?.

¿Qué tal si está vez le rebanaba las piernas a Antoine?, ¿O si convertía en polvo a Nana Ruth?

Eso jamás me lo perdonaría.

Pero la única verdad es que nadie podría saber estas cosas y que yo tenía el trabajo de averiguar mis posibilidades sin causar estragos.

Como quiera, volvamos al punto de la historia en el que (una vez más) me encontraba escapando de casa.
Tenía que ser lo más cuidadosa posible, mostrarme como si nada en las calles de San Francisco no era algo muy inteligente que digamos, pero confiaba en que con la vestimenta correcta no sería un problema, y , siendo honestos, quién quiera que estuviese detrás del incendio realmente no se esperaría que yo estuviese viva.

Me encaminé al gran guardarropas.

Tomé un par de jeans ajustados que estaban en un lugar recóndito de la estantería, una camiseta negra (porque la identidad secreta ahora era primordial ¿no?), un par de botas estilo militar, el primer  reloj de pulsera que encontré y un abrigo largo con capucha color vino, guardé algo de dinero en mis bolsillos y listo.

GOLDENMIST [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora