Capítulo 4

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San Francisco
25 de Agosto.

Marilyn:

Sentí una mano diminuta acariciar mi rostro y una bola de pelos rozando mi brazo, la alarma ya había sonado una vez pero la detuve, porque era un día especial y no tenía intenciones de levantarme temprano, pero éste mapache desquiciado estaba dificultándome las cosas.

Abrí mis ojos y lo primero que ví fue a Harry recostado en el borde de mi cama. Parecía estar arreglando algo que no podía ver claramente ya que no tenia mis lentes puestos. Me acerqué y vi un montoncito de moras que me enseñaba con entusiasmo; entonces comprendí que las llevó hasta ahí para mí.

Seguro las robó del refrigerador. Reí por lo bajo al imaginarme la escena y las consecuencias. Giorgio iba a enfurecer, pero Harry es un mapache y eso hacen los mapaches: roban cosas.
Quién lo diría, mi mascota me trajo el primer regalo de cumpleaños. Moras robadas, absolutamente perfecto.

-Ven aquí, pequeño. Te amo tanto- dije dándole un fuerte abrazo
--gracias por las moras, sé que si pudieras hablar dirías algo así como "Feliz cumpleaños hermosa ama".

Adoraba a esa bola de pelos gris.

Fuí al baño a darme una ducha y todo lo demás.
Ya que Harry me despertó temprano, decidí que pasaría por la universidad a revisar los proyectos de los nuevos ingresos con el profesor C y aprovechar para invitar a la profesora K a mi fiesta de cumpleaños ésta noche en la mansión; la había visto poco estos días por lo que siempre olvidaba hacerlo.

Con Harry siguéndome muy de cerca, recorrí mi guardarropas el cual, para ser honestos era como otro cuarto.

Pensé en que era gracioso que mucha gente tuviera la idea de que trabajar en el campo de la ciencia era sinónimo de no tener sentido de la moda o que sólo usábamos ropa negra bajo unas batas de farmacéutico... Vamos, no es que no hubiera una que otra persona que encajara con esa descripción, pero lo cierto es que yo, jamás.

Si eso de las vidas pasadas era verdad, entonces creo que fui una diseñadora de modas o algo así, porque la ropa y los zapatos no sólo tienen un gran espacio en mi habitación, también lo tienen en mi corazón. Siempre lo he dicho, el buen gusto, la belleza y la inteligencia no tienen porque estar peleados.

Elegí algo muy bonito, me tomé el tiempo suficiente para arreglarme como de costumbre y al entrar de nuevo a la habitación escuché que alguien llamaba a la puerta, por suerte ya estaba lista

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Elegí algo muy bonito, me tomé el tiempo suficiente para arreglarme como de costumbre y al entrar de nuevo a la habitación escuché que alguien llamaba a la puerta, por suerte ya estaba lista.

-¡Adelanteee! - grité desde el otro lado.

Mi sonrisa se iluminó cuando vi a mi tío Marcus entrar.

-Veo que Harry ya se me adelantó- dijo riendo al ver las moras en la cama -es un mapache madrugador.

-No sé tú, pero yo comeré algunas, porque muero de hambre- dije mientras tomaba el puñado de moras de la cama, compartí unas cuantas con mi tío.
-en definitiva, robadas saben mejor. -mascullé con la boca llena.

GOLDENMIST [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora