||"Lo que el cielo tiene ordenado que suceda, no hay diligencia ni sabiduría humana que lo pueda prevenir."||
-Miguel De Cervantes
Marilyn:
Fue el dolor del golpe al caer de la cama lo que me despertó esa mañana.
De nuevo había tenido ese extraño sueño.
Con ésta era la tercera vez, y seguía sin entender nada, además, me levantaba muy agitada y con miedo.
No sabía que albergara una cantidad de estrés tan grande, o suficiente como para reflejarla así en sueños; tampoco había tenido tiempo de ver ninguna película recientemente, así que no sabía a qué podían estar haciendo referencia estos sueños tan raros.
El pobre Harry salió de su casita asustado, supongo que cuando me escuchó caer se sobresaltó, lo cierto es que ya estaba a mi lado averiguando con sus hábiles patitas qué me había sucedido. Era tan tierno.
-Tranquilo, pequeñín, estoy bien, no pasa nada, vuelve a dormir- le dije. Me levanté del suelo, miré el reloj en la pared, y sorpresa, otro día en el que me levantaba al menos 20 minutos antes de que la alarma sonara.
«Estás paranoica, Marilyn, necesitas relajarte» pensé.
Me levanté y fui directo al baño.
Una tina caliente de seguro me vendría bien.
Preparé todo y me dí un largo baño que acompañé con música, eso siempre ayudaba.Mi tío llegaría hoy y podría hablar bien con él sobre esos extraños sueños, además teníamos pendiente el tema del sujeto de la máscara. En estos días que estuvo en Dallas hablamos todas las noches, pero evité el tema de los sueños para no preocuparlo y el de los sujetos de la masquerade porque era delicado.
El intercomunicador que estaba al lado de la bañera sonó un par de veces, lo active con la voz, para contestar (en ésta casa existe toda clase de artilugios de alta tecnología, de última generación, sin duda, la casa por fuera tenía un look antiguo, pero por dentro casi tenía vida propia) y ésta vez era la voz de Aria al otro lado.
-Estoy en la cocina terminando de saborear hasta la última miga de unos panqueques de mora azul. Espero que cuando termine pueda usted atenderme, majestad. ¡No te he visto en días!- dijo en un chillido. Conocía ese tono, y "majestad", definitivamente estaba enojada y preocupada.
-Pequeña, estoy terminando de darme un baño, estuve muy ocupada estos días, lo siento mucho. Por favor, apenas termines esos panqueques, sube, hablaremos mientras me cambio y luego te llevo a la academia, ¿Está bien?- respondí de vuelta en tono conciliador.
Necesitaba contarle todo a Aria,era cierto que estos días no paré en casa y poco me comuniqué porque estuve atiborrada de cosas por hacer.
En estos últimos días había llegado tan tarde del laboratorio que tenía que pedir hamburguesas a domicilio o bien Giorgio optaba por dejar mi cena en el horno microondas y cenaba en mi habitación a altas horas de la noche; pero el proyecto con el doctor Tonegawa estaba dando sus mejores resultados, cada hora que invertía valía la pena.
-Está bien subiré. - contestó Aria.
Me puse la bata de baño y envolví mi cabello en una toalla, a los pocos segundos el sistema de reconocimiento me dijo que Aria y Antoine estaban en mi puerta.
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GOLDENMIST [editando]
Science FictionMarilyn Hawthorne, alegre, simpática y querida por todos, un prodigio de la bioquímica y futura heredera de la fortuna de su tío Marcus. Una explosión en el laboratorio dónde trabajaba lo cambio todo. Tras la fusión de un experimento olvidado y un s...