Capítulo 21

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El día después del incidente de la plaza me levanté, digamos que bastante... ¿animada?.
Bueno, no sé si sería la palabra correcta para describir mi estado de ánimo, pero si no lo era, entonces se le acercaba.

Lo que pasó ayer me había servido de combustible y hoy, yo estaba decidida a alejar cualquier inseguridad estúpida de una vez por todas. Necesitaba controlar este asunto por las buenas.

Bajé a desayunar y estuve un rato con Nana y Giorgio en la cocina. Ambos me dijeron que mi tío Marcus estaba en el laboratorio con los chicos. Según ellos, se había despertado más temprano de lo normal y los demás le siguieron luego.

Al terminar me fui directo al laboratorio. Tyrone, Farhan y Meeko hablaban con mi tío muy entretenidos, pero al verme entrar cortaron de tajo la conversación  y se hizo un silencio expectante.

Todos, a excepción de mi tío, me miraban con asombro.

Tal parece que las entradas dramáticas son lo mío.

—¡Cielo!, Buenos días, ¿Ya tomaste tu desayuno?— Me saludó el Señor Hawthorne con una perfecta sonrisa y total normalidad,  como si no se hubiesen callado cuando llegué, como si no hubiese pasado días encerrada en mi habitación— Mamá Ruth estará muy enojada si no lo haces. — dijo ésta vez en tono de advertencia.

Bueno, al menos no habría un drama hoy.

Lo que si estaba sospechoso era ese silencio.

—Sí, ya está. — respondí un tanto extrañada—¿Dónde está Aria? —quise saber.

No la había visto y estuve muy preocupada por ella.

—Genial... — Respondió él — Ah, Aria supongo que estará en su ca...

Marcus había comenzado a formar la oración cuando se vió interrumpido.
De pronto, como si la hubiesen llamado por telepatía, Aria entró al laboratorio corriendo.

—¡No puede ser, no puede ser!, ¡Está por todos lados!, ¡Marilyn está hasta  en la sopa!—dijo muy exaltada, gritando a los cuatro vientos.

Cuando me vio, abrió los ojos con sorpresa y también se calló de golpe.

Traía el cabello rubio hecho un desastre e iba vestida con un pijama psicodélico de esos que mareaban. En una mano sostenía a Gabriel y en la otra llevaba su celular y lo agitaba exageradamente en el aire como si tuviera algo raro. Antoine venía detrás de ella casi a zancadas, pero aún así no alcanzaba a seguirle el paso.

— ¡Oh por Dios, aquí estás!—murmuró luego.

No pude hacer más que paralizarme, mis ojos se abrieron de par en par.

—¿De qué estás hablando, Aria?, ¿Qué pasó?, ¿Cómo que estoy en todos lados?—pregunté confundida.

¿Me habían descubierto?
Esto tenía que ser una broma.

—Bueno, tengo que admitir que fue una técnica original...—soltó mi tío de la nada— No fue tu mejor ángulo—hizo una mueca— pero al menos no saben que eres tú...

Me extendió un periódico; el encabezado decía:

"EXTRAÑA ENMASCARADA FRUSTRA ROBO EN LOS LÍMITES DE ÁLAMO SQUARE ."

—Ah... —Bufé— Esa no soy yo...— mentí rápido para tratar de zafarme del bochorno periodístico.

—¡Ay, por favor!, ¿Es enserio? Te reconocería hasta vestida de salchicha.—se burló mi tío — Además, nadie tiene tan mal gusto para los snacks. Doritos hubiese sido un poco más discreto.

GOLDENMIST [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora