Capítulo 7

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Marilyn:

Me levanté un poco agitada esa mañana debido a un extraño sueño que tuve. Salí de la cama con dificultad liberándome del agarre de Jared que ni se inmutó.

Seguía en los brazos de morfeo.

La alarma nisiquiera había sonado, aún faltaban varios minutos, así que la suspendí para que no despertara al bello durmiente.
Por fortuna (para mí), lo mismo le sucedió anoche, estaba muy ebrio y el sueño lo venció; dos muchachos del personal de seguridad me ayudaron a traerlo hasta aquí.

Hice mi rutina igual que todos los días pero ésta vez rogando porque Jared no se despertara, quería irme antes de que lo hiciera.

Una vez estuve lista, me encerré en el guardarropa. Todos los recuerdos de la noche anterior vinieron a mí como una estampida.

Fui por el joyero dónde guardé la pieza que el sujeto de la máscara dejó en el pasillo y ésta vez si la examiné con cuidado. Era una especie de "botón". De oro sin duda alguna.

Tenía un símbolo parecido a un tridente que atravesaba una "A", la pieza circular estaba bordeada por una hilera de diminutas piedras color verde oscuro y podía apostar sin temor a equivocarme, que esas piedrecitas eran esmeraldas.

La pequeña mancuernilla no solo era rara, también era costosa, o sea que se trataba de alguien muy excéntrico y con mucho dinero.

Éste tipo de gemelos tuvo que ser diseñado especialmente para ésta persona, lo difícil sería averiguar dónde y para quién. Llegué a la conclusión de que "A" tenía que ser la inicial del nombre del sujeto de la máscara, es decir, ¿Qué otra cosa podía ser?.

¿Adam, Alex, Albert? Luego me pondría en la tarea de averiguarlo.

Lo guardé de nuevo en el joyero. Tomé mi bolso y salí sin hacer mucho ruido, Jared seguía durmiendo.

Bajé las escaleras a toda prisa y fui a la cocina. Gracias al cielo estaba despejada, pensé que sería un caos después de la fiesta.

¿Quién lavó los platos tan temprano?, no lo sé, pero tuvo valor.

Giorgio debía estar durmiendo, así que saqué una botella de leche del refrigerador y cereal de chocolate de la alacena, me serví en un tazón y comí lo más rápido que pude. Lavé mi taza para no dejar rastro pero antes de irme tomé unos cuantos brownies y una choco-malteada, metí todo en mi cartera, eran para el camino.

Antes de salir de casa era imperativo que pasara por el despacho, esperaba que mi tío ya estuviese despierto, me urgía hablar con él.

Pude escabullirme con extraordinaria destreza, evitando así a las personas que desmontaban todo lo de la fiesta. Se veían tan distraídos que apenas dos o tres se fijaron en mí y qué bueno, porque por alguna razón mi misión del día era pasar desapercibida.

Toqué la puerta del despacho y como al tercer toque escuché a mi tío decir "Pasa". Entré y cerré la puerta tras de mi.

Estaba sentado en la silla de su escritorio; iba vestido con un pantalón de pijama a cuadros y una vieja camiseta estampada de Bruce Lee.

-Señor Hawthorne, pero que elegante luce ésta mañana.-bromeé al tiempo que me sentaba en el borde del escritorio como de costumbre.

Me acerqué un poco para ver lo que hacía, habían muchos papeles ahí arriba.- ¿Qué haces?.

-Tarea.- respondió riéndose.
- ¿Cómo estás?, ¿Dormiste bien?.

-Sí, pero, no podía dejar de pensar en el baile de los enmascarados.
Si no fuera porque soñé con fuego y ruinas post apocalípticas de seguro hubiese soñado con ellos también.

GOLDENMIST [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora