Capitulo 11.

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Albus y Gellert entraron al enorme salón decorado con temática de invierno en Hogwarts, los profesores estaban charlando entre ellos y los estudiantes bailaban amenamente mientras bebían ponche y comían postres de calabazas y nuez.

– Albus – saludó Minerva viéndolo con una sonrisa – Se te hacía tarde.

Albus sonrió suavemente – Lo sé, lo sé, y lo lamento.

– Hola Gellert, gusto verte de nuevo –

El búlgaro extendió su mano hacia ella para saludarla.

– Igualmente, profesora –

– ¿Cómo van las cosas en el ministerio? –

– De hecho, no hay mucho que contar – respondió Gellert

Y aunque Albus no quise idearse cosas falsas... veía a Gellert distante desde esa mañana, y aunque quiso preguntarle, decidió no hacerlo porqué conocía a Gellert, a veces, a él le gustaba estar solo, pero en ese momento se veía diferente.

Se sentaron en su mesa correspondiente mientras uno de los maestros hablaba con Gellert sobre el trabajo y la inseguridad mágica, y lo cierto, es que Gellert solo estaba allí para complacer a Albus ya que el profesor lo invitaba cada año, y aunque ha tratado de negarse por varias cosas, siempre terminaba cediendo y aguantándose casi cinco horas de inquisiciones por parte de los maestros y alumnas que lo invitaban a bailar.

– Minerva ¿bailamos? – preguntó Albus a su compañera.

Quien asintió, ambos se tomaron de la mano y de una menera elegante salieron a la pista. Albus le dio una vuelta y empezaron a danzar al son de la música.

– Gellert se ve extraño – comentó Minerva

Albus alzó la mirada hacia su esposo y observó como el aludido miraba su Whisny de fuego mientras fingía escuchar al profesor Finnick hablar sobre política. Albus suspiró, entonces, si estaba extraño, no era el único que lo había notado.

– No se que tiene.

– ¿No le has preguntado?

Otra vuelta – No, lo conozco, estoy seguro que está aburrido nada más.

– No creo que sea solo eso – puntualizó Minerva – Albus, llevan diez años de casados y viniendo a estas cosas como dos simples amigos, ¿no crees que es hora de que lo trates como se merece delante de los demás?

Albus sabía que Minerva tenía razón – ¿Crees que sea por eso? Gellert nunca me cuestionó cuando le propuse una relación más... privada, sobretodo en Hogwarts.

– ¿Por qué quieres ocultar algo que amas?

– Siempre ha sido así – susurró Albus – No tengo razones...

– ¿No? Quizá si, pero temes aceptarlo – Minerva le dio un golpecito en el hombro – ¿No crees que Gellert merece sentir algo de tu amor de la manera que seguramente él quiere? Me dijiste que él nunca ha tenido problema con su sexualidad ni ante nada de esto pero tu si.

Albus arrugó el ceño – Yo tampoco tengo problema con mi sexualidad, solo que prefiero las cosas discretas, no dar un alboroto, Minerva.

– Pero no eres un adolescente – Minerva se burló – Para ser un mago tan brillante, eres pésimo en cuestiones del amor, Albus.

– Aun trabajo duro en eso – admitió Albus y miró a Gellert – Lo amo, Minerva, quizá a veces... olvido que él también se siente como yo.

UNA VIDA A TU LADO. - GRINDELDORE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora