SNÁITHE NA CINNIÚNA • SUPERCORP One-Shots •

HUMANITY

• Sinopsis •

La pequeña Kara cayó años después en ese planeta desconocido, lamentablemente no corrió la suerte de su primo, ella fue encontrada por alguien no muy amistoso, ella fue encontrada por un Luthor.

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Un joven caminaba por un campo con un dispositivo en su mano y varios guardaespaldas detrás suyo siguiéndolo, el dispositivo empezó a hacer ruidos y el joven miro hacia el cielo con una sonrisa retorcida al ver cómo las nubes se desvanecían por un objeto que estaba cayendo en picada directamente a el lugar donde ellos estaban.

— Cuando caiga la nave preparen sus armas y uno de ustedes sacarán al Kryptoniano, lo mejor es luchar fuego contra fuego — ordenó el joven mientras miraba emocionado como el objeto estaba cayendo.

Fue cuestión de tiempo hasta que el objeto ahora identificable como una nave se estrellara fuertemente contra la tierra creando un gran cráter, los hombres se acercaron con armas como lo ordeno el joven y uno de ellos, el más corpulento y amenazante se acercó y forzó la compuerta sacando un cuerpo pequeño.

— Está es una maravillosa sorpresa, una niña esas fácil de manipular, ¡Vamos todos! — grito el joven con una gran sonrisa y todos se fueron a unas grandes camionetas estacionadas a unos metros de allí.

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La vida de Kara es difícil, cayó a la tierra y lo primero que descubrió es que los humanos eran crueles e inhumanos, Lex Luthor la capturó junto a sus hombres y la llevo a una gran casa y desde allí todo fue en picada.

En los primeros días ellos se encargaron de enseñarle el idioma y de tenerla en una habitación alejada con lo básico, una vez aprendió fue duramente entrenada. Se levantaba cuando el cielo todavía estaba oscuro y la llevaban a un lugar totalmente cerrado que brillaba de color verde gracias a la Kryptonita, cosa que descubrió le causó un gran dolor, un hombre grande y amenazante se acercaba a ella y la atacaba bruscamente por lo que lo único que podía hacer era intentar defenderse, al acabar era llevada con otro hombre el cual le enseñaba cosas humanas como las matemáticas, ciencias y más cosas para fortalecer la mente y el cuerpo.

Cada día el entrenamiento era más difícil y era obvio que si ella no cumplía con cualquiera de los dos era castigada duramente, tenía un brazalete en el brazo que cada que era accionado le daba descargar eléctricas con un poco de kryptonita para que doliese más, todo era a manos de ese cruel hombre quien miraba cada uno de los entrenamientos.

Poco a poco y con el pasar de los años ella fue aprendiendo sobre su situación, lo entendió fácilmente, ella estaba siendo programada para ser una arma viviente en contra de Superman, su primo, al principio le fue muy difícil aceptar que su pequeño primo ya era un adulto pero después lo entendió, se quedó atrapada en la zona fantasma solo que no pensó que fuera tanto tiempo.

Ahora tenía una edad adolescente y era la perfecta soldado, su fuerza superior la hacía imparable en combate, su inteligencia estimulada y alienígena la hacían muy inteligente así que cualquier misión que el hombre calvo le asignaba la cumplía fácilmente, ella tenía deseos por supuesto pero era muy difícil tratar de escapar, el miedo la detenía.

¿Que pasaría si fuera de estos muros habían personas peores que Lex? Al menos Lex le daba comida y no la lástima si obedece, nada le aseguraba que los humanos de afuera no la atraparían para experimentar con ella.

Su curiosidad era algo que varias veces la metió en problemas, al inicio cuando apenas había llegado le costó cientos de castigos, actualmente ya no era tan tonta como para caer tan fácilmente pero aún había algunas cosas que le llamaba la atención. Una de esas cosas eran los días dónde quedaba totalmente encerrada en su habitación, no podía salir y todo le era traído hasta su cuarto, le daba curiosidad porque ella conocía a Lex, él no le daba descansos solo porque si lo cual significa que alguien llegaba a la casa los fines de semana y él no quería que supieran de ella.