POV Annie.
Suelto una risa tonta cuando subimos a la planta de arriba de la casa de Simón, ya que los gemidos de mi amiga retumban por todos lados. Tarde o temprano se tenían que reconciliar esos tórtolos.
-Espero que tu hija tenga el sueño profundo. -comento, entre risas.
Y entonces, me alarmo cuando pienso en que cabe la posibilidad de que no sea Dylan el que está con ella, de igual modo se me va esa idea de la cabeza, pues no creo que Dylan haya dejado que Marcos entre en la casa. Sería idiota si lo hubiese permitido.
-Está curada de espanto con ellos, los ha pillado más de una vez... - bufa Justin. Lo miro incrédula ¿esos dos no tienen cabeza? Pobre niña...
Me quito los zapatos, ya que me duelen los pies bastante. Mientras tarareo una canción, sigo yendo a mi habitación y tengo la urgente necesidad de beber agua, de modo que me doy media vuelta como si de un robot se tratase, haciendo reír a Simón y a Justin.
- ¿Qué haces? -preguntan entre risas, pero me fijo en él, se ve tan despreocupado así...
Suspiro. Sé que no me voy arrepentir de la sesión de besos que nos hemos dado, pero sí que estoy enfadada conmigo misma por caer a sus pies tan rápido ¿Pero qué puedo hacer? Me ha cogido con la guardia baja y por mucho que me fastidie reconocerlo, pese a todo mi rencor, echaba de menos la sensación que me hace sentir cuando me roza.
-Me ha entrado sed. - canturreo, a la vez que me encojo de hombros, notando mi boca muy seca y pegajosa. Maldito alcohol.
Bajo a la cocina, con música de gemidos de fondo y ruedo los ojos a la par que bebo directamente del grifo, sin pegar los labios a éste. Espero que nos dejen dormir...
-Pareces un elefante ¿Por dónde vas a echar todo el agua ahora? Porque trompa no tienes. -se ríe de su propia broma.
Cierro el grifo y lo miro con los ojos entre cerrados. - Pero qué gracioso eres, Bieber...¿No tienes otra cosa mejor qué hacer? ¿No tienes sueño?
-La verdad es que no, he ido a ver a Amanda y voy a tomarme la última copa. -se encoge de hombros y abre la puerta de un estante, en el cual hay un montón se botellas alcohólicas. -¿Quieres? -pregunta, ofreciéndome la botella de vino tinto que ha escogido.
Niego, me cruzo de brazos al mismo tiempo que apoyo mi espalda baja encimera y lo observo como quita el tapón de corcho con un sacacorchos que ha cogido de un cajón. -No me dijiste que tenías una hija. -comento, mirando hipnotizada sus labios que se posan en la cabeza de la botella. Un hilo del líquido oscuro le cae por la comisura de la boca, provocando mis ganas de arrancarle la botella de la boca y de las manos y limpiarlo de un lametón.
-Era complicado... -deja la botella en la mesa y sin apartar la mirada de mis ojos, se desabrocha la corbata negra. Trago saliva.
-¿No confiabas en mí?
-No es eso... -niega levemente con la cabeza y alzo una ceja, instándole de ese modo a que me diga a qué se refiere. Suspira y apoya el culo en la mesa, después cruza sus piernas y brazos. -¿Ahora sí quieres hablar?
Lo fulmino con la mirada. Él me guiña un ojo, derritiéndome. -Pensé que te alejarías si te lo decía... -mira hacia otro lado, avergonzado.
Sonrío enternecida.-¿Por qué haría yo eso? -se encoge de hombros. Entonces otra pregunta viene a mi mente. Sabiendo que posiblemente, la respuesta me deje más dolida. -Su madre es de la que hablabas en la cárcel¿verdad?
Se alarma, me mira y comienza a negar con la cabeza reiteradas veces. -Hablaba de Amanda, Annie. Tú sola supusiste que hablaba de otra persona.
-Pero yo te pregunté por ella, por tu novia.
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Amándote. 2°parte de MCDC
RomanceDespués de dos años bastante complicados, Annie Hope se encuentra fuera de la prisión y, aunque han transcurrido cuatro años desde que no vivía su antigua y normal vida, intenta por todos los medios adaptarse. Lo que ella no sabe, es que las cosas n...