Capítulo 17.

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POV Annie.

Los ojos de Justin me muestran la decepción que siente en éstos momentos, y aunque de forma inexpicable,me entristezca que se sienta decepcionado de mí, necesito pensar y pedir explicaciones a mi padre de por que qué me ha estado mintiendo sobre esto.

-Hablaremos. -le aseguro, mirando hacia otro lado que no sean sus ojos. Él, procurando no tocarme al pasar por mi lado, sale del salón tambaleante hasta llegar a la puerta y se va de casa, dando un portado.

Me siento en el sofá y miro a mi padre inquisitiva, a lo que él intercambia miradas con Johanna y ambos saben, que no me hace falta decirles lo que quiero, ellos ya saben que tienen que contarme sobre lo que acaba de suceder.

Me cruzo de brazos cuando él comienza a hablar:
-Siento no habértelo dicho antes,Annie.

Aprieto la mandíbula, estoy harta de las disculpas, quiero de una maldita vez la verdad.

-Tu madre me echó de la casa después del juicio, por lo tanto estuve viviendo unos meses en un hostal de mala calaña. El dinero que tenía no me llegaba para más. Estaba en la ruina, el taller no me daba lo suficiente para vivir. -no me mira. Juega con sus manos, un acto de nerviosismo y vergüenza, pero no tiene por qué sentirse así por eso.

Mi madre es mala ¿Cómo es capaz de hacerle eso a su propio marido? En el juicio recuerdo que dijo que no era su mujer, con lo cual entiendo que todo lo que dijo mi padre aquel día, fue de improvisto para ella y la familia McAdams. Papá lo tuvo que pasar mal, y se me cae el alma a los pies al imaginarme lo viviendo en malas condiciones.

-»Apareció Justin junto con Johanna un día diciéndome que era amigo tuyo y que unos hombres iban tras de ti, yo, anonadado por tal información, pregunté que quién era y cuando me dijo su nombre... Juro que quise ahorcarlo por todo lo que te hizo. Pero luego... Luego me confesó que te quería, cielo, que había ido a buscarme para ayudarte,ayudarnos. -me coge la mano y le da un apretón, sé que no me está mintiendo, no cuando le ha visto las orejas al lobo. Levanto la cabeza y lo miro a los ojos, ahí está la prueba de la verdad. Muestran arrepentimiento y sinceridad. -Lo pensé varias veces antes de dejarlos entrar en la habitación, porque he de decir que en ese momento,también dudé de ella. -su mirada viaja hasta Yoa, la cual se mantiene callada y asiente con la cabeza, confirmando lo que dice. -Me contó que todo era por haber mantenido una relación con él en la cárcel, por ello trataban de acabar contigo pero que aun estando fuera, él quería ayudarte...

Lo interrumpo:

-¿Por qué me sacó de la cárcel y por qué compró esta casa? -puedo imaginarme la respuesta, pero no me convence por qué después de dos años he salido, si él me hubiese querido como lo dijo para engatusar a mi padre, me había sacado hace mucho más tiempo del que ha pasado. Es lo que yo haría si se me diese la situación.

-Eso deberías hablarlo con él, Annie. Tú tienes que sentarte en una mesa con Justin y aclarar todas tus dudas, es a él a quién tienes que hacerle las preguntas y él es el que tiene que confesarte lo que piensa o siente. Es cosa vuestra. No me puedo meter en vuestros asuntos. -bufo, molesta. ¿Por qué demonios siempre tienen que darme largas en lo que a preguntas como éstas, se refiere?

No digo nada más y me levanto, siendo consciente de que sólo esas respuestas me las dará Bieber, algo que no estoy muy segura y preparada de hacer todavía, pero si quiero saber qué demonios está pasando, tendré que sacar fuerzas de flaqueza y hacerlo. Me guste o no.

Subo a mi habitación, me quito la ropa húmeda, del cajón de la ropa interior saco unas bragas azules y me las pongo, después mi camiseta de pijama.

Amándote. 2°parte de MCDCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora